Poema El Minotauro

Por Igork
Lanzado otra de las salvas de Poemas 3,14. El poema El Minotauro se basa en una sensación o quizá sea una intuición. La mayor parte de las cosas que nos ocurren, nuestra propia vida, las angustias, los llantos, el nerviosismo, son algo que nos viene de fuera, sí, pero en gran parte el estrangulamiento vital nos ahoga por muros construidos por nosotros mismos. Dejo el poema. Viviendo en un laberinto.
El Minotauro
Si alcanza la quietud y el verano anochece con vino suficiente para acallar el día decido buscar la raíz de todos los males que van alejándome de la osadía. Buceo en el pasado, llevado por el oleaje en un océano de cristales a la deriva que una y otra vez golpean los acantilados. Vuelvo a recorrer pisos abandonados aparto jarrones, deshojo algunas de las flores muertas que se desvanecen en mis manos. Doy luz a marionetas de polvo y otoños: hombres a los que señalé como amigos, mujeres que desaparecieron en las esquinas, llaves sobre la mesa para armarios carcomidos, patios de colegio, enormes aulas ya vacías, despachos en los que cegado me desangré, pasillos verdes, pájaros estáticos, redes, lámparas apagadas, camas deshechas, antiguos mapas y antiguas son las canciones, perros que no ladran, males en las antesalas y un cajón lleno de palabras desaforadas. En las últimas cámaras aguardan los gritos, las voces, cien rostros y, petrificadas, las lágrimas. El final es el inicio y el Minotauro aparece. Un gesto visto. Soy yo. Yo mismo sonriendo veintitantos años atrás en una encrucijada. «Yo te conozco, tan distinto a quién eres». Me desdeña. El Minotauro no tiene espera. Deshago el camino hecho, si pudiera con un martillo le abriría la cabeza. Si pudiera, abriría una gran brecha para que la maleza conquiste la tierra. Voy a cambiar de dirección, voy a cambiar de barrio. Me visto, corro las cortinas, apago todas las ideas.
     I.K, hoy por hoy.

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