A mi Q.·. H.·. Luis M. Navarro (Torre, Simb.)
Hay una espada y una recomendación de tu memoria tranquila.
- La trompeta, esparciendo un sonido admirable como tu no barba
- por los sepulcros de todos los reinos, o quizás repúblicas no habitadas por tus lanzamientos
- reunirá a todos ante el trono de Salomón, en un arrollidamiento.
- Acuérdate de que soy la causa de tu recuerdo;
- no me pierdas en este día.
- Grito, como un reo;
- la culpa enrojece mi rostro.
- Tú, que absolviste la súplica del ladrón,
- me diste a mí también esperanza.
- Tú, al ser bueno, actúa con bondad
- para que no arda en el fuego eterno.
- Colócame entre tus momentos
- no me confundas con los malditos
- hazme llamar entre los hermanos,
- hazte cargo de mi destino.