Poema: “yo me maldigo”.

Por Malaventura

     Nada de piedad,     nada de lágrimas pueriles.     nada de clemencia.     ¡Os lo ruego!      Quien condena a los débiles   se maldice a sí mismo.
Maldigo al hombre        que ofrece su lomo       a las pezuñas de las panzas prominentes.Maldigo al hombre   que ofrece sus brazos     a las fauces de las bocas cavernosas.Maldigo al hombre   que ofrece su cráneo       a las garras de los ojos afilados.
¡Yo me maldigo     por no desplegar     la furia salvaje      y la cólera insatisfecha        contra las blasfemias que estremecen el alma!