A veces, sentado en el autobús
asisto a la multiplicación de las fachadas.
No me fío de mis ojos maliciosos
por eso, a veces
me apeo y me acerco
hasta tocar la roca muerta de las casas.
Y así, resbalando sobre la materia
llego a querer creer que realmente
cualquier momento ocurrió.
Poema en el autobús