4
Un lobo en tus hombros,
una cobra en tu pelo,
un águila en tus ojos;
temo tu querer, amada.
Brilla tu juventud
como un cuchillo afilado;
el sol en tu ombligo,
por tu hambre insaciable,
abre su roja boca
como una cría de pájaro.
¿Tu cabalgadura es un caballo
o un león?
5
¿En qué lengua murmuraste entonces?
Cada palabra era
una cálida respiración;
cada frase, un fuerte grito.
La tristeza final
no tiene diccionario;
la felicidad última
no tiene gramática.
6
Yo había presumido
de conocer el mapa de tu torso
sin haberlo visto.
¿Quién cambió
el trazado de sus fronteras?
¿Fue la gente común?
¿Dónde están las cascadas?
¿Dónde los ojos?
¿Y dónde las callejuelas?
Vago por el barrio equivocado.
Penetro en la casa equivocada.
Ignoro el camino de regreso.
8
Como eres un mito
no te sirven las metáforas;
se han desvanecido las formas;
ahora, en su lugar, mana sangre.
En ella también
arde tu rojo nombre.
El nombre está cantando,
la sangre está cantando.
La sangre es comoRumi. © K. Satchidanandan © Traducción: Manjula Balakrishnan