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EL INDIFERENCIADO
Grítale, Job,
apestado en la sombra de la muerte,
deshonrado
por ese déspota que se jacta
del rinoceronte y del cinturón de Orión.
Grítale antes de
rendirte,
al indiferenciado dios-tigre
que desoye el grito del niño
en llamas.
No fuimos nosotros, viejo
fanfarrón de ballena y brujo de estrellas,
los que hicimos una orgía
de sed de sangre.
Tu hijo
expió nuestra ira contra tu omnipotencia,
víctima-caníbal,
para que por fin pudieses esfumarte
en tus brumas y nieblas
y extender un sol misericorde
en las huellas del crucificado,
secar sus sangrientos clavos
con tus lágrimas.
Ole Wivel.
Varios Autores. Poesía Nórdica. Ediciones de la Torre, 1999.
Traducción de Francisco J. Uriz.