EN LA PUESTA DE SOL
Ella está envuelta en la puesta de sol y
yo le digo: está ardiendo tu vestido, Sylvia.
Mi vestido, dice ella.
Sí, y tus pensamientos están
bañados en luz violeta. Contest:
¿Mis pensamientos?
También digo que sus ojos
cabrillean como agua joven, ella contesta.
Mis ojos.
Entonces veo cómo el día
sorprendentemente se sobrecoge. Pregunto.
Tiemblas.
No, dice, no tiemblo,
son solamente las flores las que
tiemblan porque el sol las mira.
Y tal vez porque tú
me miras, dice
por fin inclinando la cabeza.
Ernst Orvil.
Varios Autores. Afinidades Afectivas. Los Libros del Innombrable, 2002.
Traducción de Francisco J. Uriz.