HOMBRES EN EL CIELO
Caen las hojas mientras los hombres del teléfono
ascienden hasta lo alto de los postes.
Montan en una máquina mágica
de largo brazo. Ya no hay por qué escalar.
Hablar por cables es hoy tan natural
como el caer de las hojas, como hombres en el cielo.
Los hombres del teléfono en la mano ahuecada
del largo brazo reducen las interferencias,
me ayudan a alcanzar sitios lejanos.
Son hermosos con su plumaje rígido
y naranja. Pinzones y cardenales: simples
pájaros a su lado, nerviosos e inamovibles.
Es una pena que los hombres deban bajar.
Estuve junto a ellos en el 7-Eleven
a la hora del almuerzo, oí cómo pedían
pan y queso, jamón y Dr. Pepper.
Los vi bajarse del camión
y escupiir. Ahora las hojas les rozan
los hombros y son, si cabe, más doradas
por haberlos tocado. Suena
el teléfono. Es uno de ellos,
el más alto, el que tiene abundantes
herramientas colgano en la cintura. Llama
para saber si todo está bien. Todo no lo está.
Stephen Dunn. En otro momento. Editorial Delirio, agosto 2013. De la traducción: Andrés Catalán y Ben Clark. Fotografía de portada: Adam M. Wilson.