Durante las próxima semanas voy a intentar unir en una misma entrada algunos de los más bellos sonetos en lengua española y de mis pinturas clásicas favoritas. Espero que sean de su agrado. Hoy dedico la entrada al poeta Antonio Ros de Olano y su soneto La soledad lo aborta sin destino, y al pintor Rogier van der Weyden y su cuadro El descendimiento. Disfruten de ambos.
LA SOLEDAD LO ABORTA SIN DESTINO
La soledad lo aborta sin destinosobre el páramo inmenso del desierto,a su presencia duélese el mar muertoy gime triste el campo palestino.
Con polvorosa crin borra el caminoy a su bochorno el caminante inciertoel cuerpo tiende, el hábito cubiertodel raudo y abrasante remolino.¡Pasó!... y el tigre bota en la candentearena en que el león ruge erizadoy silba y se retuerce la serpiente...¡Pasó!... y en la quietud del despobladola ciudad solitaria del Orientellora con el Profeta su pecado.
El descendimiento (1435). Museo del Prado, Madrid
El descendimiento de la cruz es considerada la obra maestra del pintor flamenco Rogier van der Weyden. Es un óleo sobre tabla, pintado con anterioridad al año 1443, probablemente hacia 1435. Mide 220 cm de alto y 262 cm de ancho y se exhibe actualmente en el Museo del Prado de Madrid, como depósito de Patrimonio Nacional. Es conocido, generalmente, como El descendimiento. Les invito a disfrutar del interactivo que el Museo del Prado le dedica a esta pintura en el enlace de más arriba. Es una de mis visitas obligadas junto a la Eva de Durero, La Anunciación de Fra Angélico o Las hilanderas de Velázquez, cuando recalo en el Prado.Este cuadro es la sección central de un tríptico pintado por Rogier van der Weyden como encargo de la guilda o gremio de los ballesteros de Lovaina, para la capilla de Onze Lieve Vrouw van Ginderbuiten (Nuestra Señora Extramuros). En honor a dicho gremio, el artista incluyó diminutas ballestas en los ángulos de la composición. En la iglesia de Lovaina estuvo El Descendimiento durante más de cien años. La regente de los Países Bajos María de Hungría, reputada coleccionista y hermana de Carlos V, llegó a un acuerdo de canje con los responsables del templo: obtuvo la pintura original a cambio de un órgano valorado en 1500 florines y una réplica del Descendimiento pintada por Michel Coxcie. Conforme está acreditado documentalmente por Vicente Álvarez, en el año 1549 el cuadro ya estaba en poder de María de Hungría. Durante un viaje realizado por los Países Bajos lo vio el príncipe Felipe de España, quien lo adquirió de su tía y en 1555 se lo llevó a España.Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt
elblogdeharendt@gmail.comLa verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)