Juan Meléndez Valdés (1754-1817
fue un poeta, jurista y político español. De familia hidalga, estudió en la Corte latín, filosofía y griego, y leyes en la Universidad de Salamanca. De ideas liberales, fue partidario del rey José I Bonaparte. Les dejo con su soneto No temas, simplecilla; del dichoso.NO TEMAS, SIMPLECILLA; DEL DICHOSO
No temas, simplecilla; del dichosogalán pastor no tardes la ventura;apenado a tí corre; su ternurapremio al fin halle y su anhelar, reposo.
De rosa en la coyunda el cuello hermosopon al yugo feliz; la copa apuraque amor te brinda, y de triunfar seguraentra en lides süaves con tu esposo.
¡La vista tornas! ¡Del nupcial abrazohuyes tímida y culpas sus ardoresel rubor virginal la faz teñida!
Mas Venus... Venus... su genial regazosobre el lecho feliz llueve mil floresque Filis coge, y la esquivez olvida.
Luis Meléndez ValdésAlberto Durero (1471-1528) es el artista más famoso del Renacimiento alemán, conocido en todo el mundo por sus pinturas, dibujos, grabados y escritos teóricos sobre arte. Ejerció una decisiva influencia en los artistas del siglo XVI, tanto alemanes como de los Países Bajos, y llegó a ser admirado por maestros italianos como Rafael Sanzio. Sus grabados alcanzaron gran difusión e inspiraron a múltiples artistas posteriores.
"Adán y Eva" es una pareja de pinturas de Durero realizada al óleo sobre tabla en 1507. Miden 209 cm. de alto y 80 cm. de ancho y se exhiben el Museo del Prado de Madrid (España).
Se supone que Durero las pintó con destino al Ayuntamiento de Núremberg, donde permanecían a finales del siglo XVI. Luego pasaron al castillo de Praga, regaladas por la ciudad de Núremberg al monarca Rodolfo II, que era muy aficionado a los cuadros de desnudos. Durante la guerra de los Treinta Años, ejércitos suecos y sajones saquearon dicho castillo y estas obras en concreto acabaron siendo propiedad del rey sueco. Su hija la reina Cristina, las regaló al rey español Felipe IV en 1654.Los "Adán y Eva" de Durero, junto a "La Anunciación" de Fray Angélico, "El descendimiento" de Van der Weyden y "Las hilanderas" de Velázquez, son para mí visita obligada en El Prado cuando recalo en Madrid por cualquier circunstancia.
Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos.
HArendtEntrada núm. 2718elblogdeharendt@gmail.comLa verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)