Revista Cultura y Ocio

Poeta en Nueva York. Federico García Lorca

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Poeta en Nueva York. Federico García Lorca


Norma y paraíso de los negros.Odian la sombra del pájarosobre el pleamar de la blanca mejillay el conflicto de luz y vientoen el salón de la nieve fría.
Odian la flecha sin cuerpo,el pañuelo exacto de la despedida,la aguja que mantiene presión y rosaen el gramíneo rubor de la sonrisa.
Aman el azul desierto, las vacilantes expresiones bovinas.la mentirosa luna de los polos,la danza curva del agua en la orilla.

      La víspera de un 13 de julio en 1936, Federico García Lorca fue al despacho de su editor, José Bergamín, y no lo encontró. Dejó allí una nota que decía: He estado a verte y creo que volveré mañana. Lorca no volvió, pero sobre aquella mesa depositó el manuscrito del libro que hoy traigo a mi estantería virtual. Se trata de Poeta en Nueva York.
     Con este comienzo, no es de extrañar si digo que la historia de la publicación de este libro daba por sí sola para otro. Pero, anécdotas comprobadas o asumidas, es necesario comenzar diciendo que Poeta en nueva York es uno de esos libros imprescindibles, para aficionados o no a la poesía, que además en este caso suma la vistosidad de una cuidada edición que recoge sus poemas divididos en sus diez epígrafes corresponientes y que se ve cerrada por una pequeña nota que nos pone en situación así como una biografía del autor del poemario.
     Es muy difícil hablar de poesía, explicar lo que se siente al leer un poema. es difícil no sentir que uno no está a la altura de esa lectura o de cualquier análisis. Sólo nos queda interpretar las palabras, los silencios. De hecho, siempre he pensado que los versos son cortos para que el lector rellene los renglones con los sentido en esas palabras. Y en Poeta en Nueva York he tenido sentimientos encontrados. Frente a la belleza de las palabras, la geométrica belleza de una ciudad poblada por gentes infelices, protestas, un lugar casi sin corazón. Reyes oprimidos en Harlem, los negros, el Hudson. Todo está ahí. Una ciudad que duele en sus letras, tal vez porque la conocía en el 29, momento de la gran crisis, tal vez por el contraste con el lugar del que llegaba y el impacto que casi seguro le provocó, pero está claro que Poeta en Nueva York es un libro que esconde muchos símbolos y significados en sus poemas. Dibuja una ciudad que duele, desnaturalizada, fría, y cómo pide por la libertad y la belleza, por la armonía y la naturaleza en cada una de sus letras.
     No todos los poemas son de amor, gracias a Dios, ni falta que hace. Al menos no de amor romántico para que su autor desnude sus sentimientos verso a verso y que el lector sea capaz de recogerlos. Lorca se desnuda y nosotros, lectores, vemos la gran ciudad a través de sus ojos, los ojos de un genio, en un libro imprescindible. No olvidemos la poesía.
     Es cierto que a veces la poesía intimida, nos acercamos recelosos, con miedo incluso. ¿O vosotros sois de los que leéis poesía?
     Gracias.

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