♦Prólogo de Alba Flores♦
♦Traducción de José María Valverde y Leopoldo Panero♦
«Los ingleses fueron quienes escribieron la mejor poesía
romántica o, si el término «mejor» resulta problemático,
la más atractiva para la sensibilidad de nuestro tiempo.»
[José María Valverde]
El Romanticismo es la consecuencia cultural de la Revolución Francesa y promovió su propia revolución en el terreno estético e ideológico. La ruptura de lo clásico, el triunfo de lo individual sobre lo colectivo, la exuberancia del corazón en el sentimiento desbordado, el exceso del yo frente al fracaso de la sobria razón ilustrada son algunas de las claves de un movimiento que, más allá de las modas fugaces, contempla el mundo como obra de arte, reivindica el misterio nocturno y la rebeldía y expresa el malestar del artista que ha sido desplazado a los márgenes de la actividad social.
Porque el Romanticismo, que en su desazón anticipa el desasosiego contemporáneo, fue un movimiento estético que estrictamente duró tres décadas, pero tuvo consecuencias que se prolongan en la actualidad a través de una serie de cruciales estaciones de paso que se llamaron Wagner, Nietzsche, Baudelaire o Rilke, tan intermedios como determinantes de todo lo que vino después de ellos.
Tal vez por eso estos poetas románticos son la juventud más joven de la poesía occidental, nos siguen pareciendo eternos adolescentes instalados en una permanente rebeldía, en una defensa de la libertad frente a la norma, de la estética frente a la ética, de la creatividad imaginativa frente a la imitación mimética.
Estos cinco poetas fundamentales, cada uno de ellos con su voz personal, aunque unidos por temas y actitudes comunes y por propuestas estéticas similares, son una representación significativa del universo poético del Romanticismo, de su tonalidad, de su forma de mirar la realidad y el paisaje, de proyectar sus estados de ánimo en la naturaleza.
Narrativos y líricos, dos de ellos –Wordsworth y Coleridge– fueron los poetas de los lagos, respetables y magistrales; otros dos –Byron y Shelley–, satánicos y escandalosos, y Keats, el poeta-poeta, el que murió más joven, a los 25 años, el más claramente tocado por el don de la poesía y la palabra, el que más prestigio conserva hoy entre los poetas.
En las páginas de esta antología de una poesía de la mirada y la imaginación, navega a la deriva un viejo marinero alucinado, cantan con distinta letra y la misma música el ruiseñor de Coleridge y el de Keats, Byron hace en Caín la apología del incesto con su hermanastra, se oye a un cuco en medio del paisaje de Worsdworth, cruje la escarcha a medianoche y la melancolía se transforma en Shelley en un himno a la belleza intelectual.
El libro:
Poetas románticos ingleses (edición bilingüe Español-Inglés) está publicado por la Editorial Austral en su Colección Austral Poesía. Traducido por José María Valverde y Leopoldo Panero. Encuadernado en tapa dura, tiene 256 páginas.
Como complemento pongo un vídeo titulado The Romantic Poets documentary.
Para saber más:
http://es.wikipedia.org/wiki/Literatura_del_Romanticismo_en_Inglaterra