“Preparo esta carta ahora que la cabeza/ está nítida y la garganta indeleble”, dice el padre muerto en uno de los poemas-carta que forman la tercera parte de Pólder, de Alejandro Méndez (Bajo la Luna, 2014). Es una serie de cartas escritas al hijo (que no es otro que el propio autor del libro) desde la ultratumba. “Para mi sorpresa puedo mover/ las manos. La muerte es táctil: / así… ¿ves?” Son cartas al hijo con recuerdos de la vida, del momento de la muerte y con descripciones de cómo es ese lugar indefinido en el que está. También con algún que otro consejo paternal: “Querido hijo, aflojá con el dramatismo. / Más de cuarenta años de lamento filial/ es insoportable para cualquier padre muerto.” El libro, dedicado al padre, abre con un poema en el que el autor y su madre reciben una carta del cementerio. “Por fin te iba a conocer”, dice el autor en Bajo los tilos, cuando debe ir a desenterrar al padre. “…había que levantar tus huesos/ ya vencida tu estadía terrenal”.
- Pólder
- Alejandro Méndez
- Editorial Bajo la Luna
- Año 2014
- 80 páginas
- ISBN 9789871803668