Poliperiodistas

Publicado el 31 mayo 2011 por Carmentxu

Con el loable objetivo de aportar una visión veraz de los acontecimientos, la policía autonómica catalana corre el riesgo de lucir, dentro de no mucho, una pequeña cámara en el frontal de sus cascos. Para esto sí parece haber dinero y no para mantener plantas abiertas en los hospitales, coincidiendo con el día en que se aprueban los presupuestos de la miseria en Catalunya. Las imágenes grabadas de esta guisa contrarrestarán la tergiversación que han hecho los medios del modélico comportamiento que gastan los antidisturbios en toda concentración, sea o no pacífica y que ha tenido su clímax el pasado viernes en Barcelona.

La cámara subjetiva es utilizada en el séptimo arte para, precisamente, exagerar la percepción del espectador y en los juegos de ordenador mientras uno aniquila con saña monstruos terribles y enemigos de la peor calaña. El espectador podrá, gracias al invento, identificarse con el sujeto de la acción, el poliperiodista. La técnica sube la adrenalina, no hay duda, y así, sintiéndonos parte de la acción, uno de los machotes, podremos comprender (y por qué no, emular) a cualquier policía que se líe a mamporros contra lo que encuentre delante y que se mueva.

Pero la violencia engendra violencia y están por ver los efectos de la medida. Incrementar la tensión del espectador en el salón de su casa puede volverse contra el director de la película. Hoy, la violencia tiene lugar en el Parlament, donde se aprobarán los presupuestos de la rendición sin condiciones, que extenderán la miseria como una mancha de aceite por el permeable tejido social. Miseria también extendida en el tiempo. Propongo desde aquí que los ilustres diputados y los honorables consellers autonómicos (el protocolo siempre tan complaciente) se coloquen hoy una cámara en su frente para obtener esa visión complementaria de la que hablan, sentirnos parte de la trama y entender su realidad y su comportamiento. De otra manera, no se entiende nada.