Con el tiempo nos hemos ido acostumbrando a ser parte de ese público falto de interés y nos hemos ido olvidando de algunas cosas, como que al circo se va a pasarlo bien y que en los verdaderos circos—los que merecen ser llamados así— debería existir una gran variedad de números artísticos. ¿Dónde quedaron los acróbatas? ¿Los magos? ¿Los tragafuegos? ¿Los contorsionistas? En el patético espectáculo que tenemos frente solo podemos ver payasos y estos se encargan de todos los números artísticos. Eso sí, no lo hacen todo tan mal. Son tan rimbombantes a la hora de gastar bromas, hacer piruetas y contar chistes, que terminan por apartar nuestra atención de lo lamentables que son.
Súmenle a esto que se toman bastante en serio el trabajo y podemos ver todos los tipos de payasos que hay. Podemos ver a los elegantes y maliciosos clown; a los que se dedican a desbaratarlas iniciativas de estos, los traviesos augustos y los torpes contraugustos; y a los simpáticos y bobalicones tonys, ¿A que no se les pasaron varios nombres de políticos por la cabeza? ¡Si tienen hasta casi las mismas características!
Pero no está todo perdido. Pese a que los auténticos dueños del circo nos han hecho creer por mucho tiempo que no hay más payasos y que no hay otros tipos de artistas, eso no es así. No me cabe duda de que les conviene que creamos eso, mientras, tras bambalinas, disfrutan cómodamente de los jugosos beneficios del negocio. Sin embargo, tampoco me cabe duda de la existencia de montones de otros payasos, infinitamente más divertidos, y de otros tipos de artistas, que volverían a subirle el pelo al circo. Pero, ¿dónde están? Están más cerca de lo que uno cree, aunque son muy difíciles de identificar, principalmente porque casi nunca los vemos en el medio más importante que utilizan los dueños del circo para difundir el espectáculo: la televisión (cuando logran aparecer, los de la televisión no vacilan en dejarnos claro que las posibilidades que tienen de llegar a formar parte del circo son muy bajas, por no decir nulas). Hay que buscarlos en otro lado. Esos sí que son hábiles".
Fuente: Política de circo
Bayo
(Serie de artículos: El ciudadano anarquista)
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