Política y otros demonios

Por Daniel Hernando Corzo Arevalo @danielcorzo1

Hoy quiero hablar de POLÍTICA, Sí, de Política, esa palabra que para muchos es una grosería, para otros un término diabólico, y para los que no, de solo escucharla, un escalofrío pasa por todos los 206 huesos de su aparato óseo.

Cuando inicio a reflexionar sobre el ejercicio político, de la política y de los políticos, mi mamá siempre alza su hermosa voz diciéndome - EN LA MESA NO SE HABLA DE POLITICA NI DE RELIGION- y por esta reacción tan amorosa recurro a mi blog, el único espacio donde lo que escribo es lo que pienso y nadie limita mi libertad de expresión.

Siempre me ha apasionado el tema de ayudar a las personas y ser el que los representa. En las aulas universitarias hay una discusión profunda si un líder nace o se hace, y se ha llegado a la conclusión que las dos teorías tienen validez; pero en mi caso, ese liderazgo venia envuelto en la placenta de mi madre, es parte de mis cromosomas, es herencia de mi familia, es el resultado de ser el primer nieto de mis abuelos, seguido por 18 más.

Hablo de mi vida para que usted como lector pueda contemplar la visión que tengo de Política, política sinónimo de saber gobernar, gestionar y ayudar. Amo ser Político! Siempre he sido político!

En mi edad escolar represente a mis compañeros en varios espacios -creo que en la mayoría de ellos- y en undécimo grado el sueño de todo joven líder -político- es poder ser personero de su Colegio, en el año 2010 me presente como candidato a personero, creí que por ser gestor de varios procesos estudiantiles en el INEDAPS (Siglas del Colegio) me haría ganador, pero no, el prometer camisetas para todos los estudiantes en temporadas de campeonatos escolares, propuesta de mi adversario, robo mis sueño de ser el máximo representante estudiantil de la institución, pero me enseñó- Mi primera quemada- a ser más fuerte y a trabajar por los que si creen en mis ideas.

Aún recuerdo la canción que mi compañero Jesús Sierra y actual estudiante de Ingeniería en la UIS me dedico a ritmo de la canción Me voy de Julieta Venegas: "Que lastima Daniel Corzo, se quemó en la reelección"

Cuando ingresé a la universidad no me fue tan mal como imaginaba, fui representante de mi programa y cree una organización estudiantil MEPAETH (Mesa de Participación Estudiantil de Administración Turística y Hotelera), con lo cual nuevamente la chispita política floreció en mí, y emprendí campaña para ser el representante de los estudiantes ante la Junta directiva.

NOS QUEMAMOS, lo acepto, pero también acepto que así lo quise y trabajamos en pro de esa quemada. Los que me conocen saben que en esos meses gane una beca para terminar mis estudios y trabajar en Brasil, propuesta que no dude en aceptar y que me costó el proceso electoral que llevaba en la UNAB.

-¿Pero no viajaste? - me diría cualquiera, y si, no viaje, porque creo que las cosas pasan por algo, Dios hace su voluntad o el universo así lo permite. Y Hoy después de tantos procesos de liderazgo y política creo que puedo iniciar un proceso más.

Sí, me lanzaré al concejo, y por más feo, boleta y diabólico que suene, y por más que mis amigos me digan que no me meta en política, porque perderé mi "Salvación", porque seré un corrupto más de este país, un "ladrón de cuello blanco", me arriesgo a luchar por una sociedad más justa, una ciudad con valores, una comunidad que nuevamente pueda confiar en el sistema social, político y económico de Colombia, me arriesgo a ser concejal, creyendo en el poder de mis valores y principios, y sintiendo la insatisfacción de no sentirme representado.

En Colombia nos encanta criticar y nos encanta quejarnos, y le echamos la culpa de todo lo malo que pasa a los políticos, aquellos que nosotros mismos decidimos elegir. Y pues obvio, el concejo de Bucaramanga es una institución desprestigiadísima y muchos de los personajes que están ahí dejan bastante que desear, pero esa es la posición más mediocre y más facilista, que podemos tomar. CRITICAR, CRITICAR, Y NO CONSTRUIR.

Lo difícil es salirse de la zona de confort, dejar la criticadera y echarse al ruedo. Sin duda hay gente más inteligente, con más recursos y más preparada parta asumir este reto, pero en Colombia la gente buena se queda haciendo críticas inteligentísimas en claustros universitarios, entonces nada, como joven, ciudadano, profesional, y cristiano, me lanzo como político para seguir haciendo lo que vengo haciendo, pero con mucho más impacto.

Trabajar para que esta ciudad sea reamente la ciudad que nos merecemos.