Por ejemplo, yo estoy ansioso porque se convoque un referéndum sobre la invasión, en un país en quiebra técnica (135% de endeudamiento sobre PIB) y con un 16% de paro, de africanos ajenos a nuestra cultura que lo único que nos provoca es un infinito océano de problemas y amenaza con destruir España. Es un asunto muy grave que en esta supermegademocracia (según los políticos y sus perros, los periodistas) se nos hurta.
Pero es que la cantidad de referéndums que en estos momentos urge convocar es bastante larga:
- Referéndum sobre el robo de herencias (bueno, los políticos utilizan otras denominaciones engañosas)
- Referéndum sobre el regalo de nacionalidad a cualquiera que pase por aquí
- Referéndum sobre el robo del producto de tu trabajo y ahorros hasta extremos de servidumbre (los políticos a esto lo llaman impuestos, del verbo imponer y no tienen ningún límite)
- Referéndum sobre la limitación de dinero que los políticos, manu militari, te puede quitar por la fuerza
- Referéndum sobre la financiación de partidos políticos (o dicho de otro modo, lo que los partidos políticos se auto otorgan para su negocio y a su capricho de nuestro dinero)
- Referéndum sobre la ley electoral para que tengamos representantes de distrito
- Referéndum sobre sueldos de políticos y otros privilegios que se auto otorgan, como coches, helicópteros y aviones que nos obligan a pagarles para su uso y disfrute
- Referéndum para que podamos elegir directamente al jefe de gobierno por mayoría absoluta (en segunda vuelta si fuera necesario) y que no tenga que ser elegido por el parlamento (sede del poder legislativo, lo que supone un disparate antidemocrático)
- Referéndum para unificar ayuntamientos (y así dejemos que tener que mantener a tanto mangante y parásito)
- Referéndum para ver si seguimos con esta locura destructiva que son las autonomías (el más fastuoso invento creado por los políticos en beneficio propio)
- Referéndum sobre la existencia de órganos de agitación y propaganda de titularidad estatal (TVs) para comernos el coco, en manos de los políticos y que debemos de pagar nosotros
- Referéndum para prohibir o no las subvenciones que los políticos otorgan a su capricho y siempre en beneficio propio
- Referéndum sobre los infinitos organismos y tinglados estatales que los políticos montan en beneficio propio y sin ningún límite (obviamente el objetivo de este referéndum es limitar y desmantelar el negocio de los políticos).
Podría seguir enumerando más referéndums imprescindibles, pero no quiero cansar.
Los ciudadanos deberían ser conscientes de que al votar eligen a un amo entre varios que se promocionan, porque aunque son nuestros empleados, se comportan como nuestros amos. Yo nunca he votado, nunca he legitimado a los amos. El problema está en el 75% de la población, que vota y legitima esta situación. Evidentemente, tienen espíritu de esclavos.
Javierito