La ignorancia ante el sufrimiento de los débiles es una dramática constante del actual gobierno. Hace pocos días, la OCDE ya les acusó de ser inmisericordes y de no proteger suficientemente a los ciudadanos con problemas, sobre todo a los desempleados y pobres. El dato aportado por Cáritas Europa viene a confirmar el desastre que significa ser gobernados por gente que se rie y que se muestra eufórica porque algunos datos macroeconómicos están cambiando, mientras el sufrimiento arrasa el país y crecen como la espuma la desesperación, los suicidios y la tristeza.
Muchos españoles, víctimas de la incansable propaganda del régimen, se extrañan de que España sea el segundo país de la UE con mayor índice de pobreza infantil, solo por detrás de Rumanía. Ellos, orgullosos de sus políticos y de esos partidos a los que votan una y otra vez, creían que España era un paraíso y el protagonista de un "milagro" económico internacionalmente admirado. Ante la dureza de la estadística y la bofetada que representa la pobreza, los esclavos siempre piensan que se trata de un error o de una noticia amañada por el "enemigo".
Pero la fuente es "Cáritas Europa" y el dato, cierto, se agrega a otros muchos que convierten a España en un país mal gobernado, injusto, desequilibrado y con sus ciudadanos mas débiles escandalosamente desprotegidos. No hace mucho, la OCDE acusó al gobierno español de ser insensible ante los mas débiles y de no proteger a los mas necesitados.
Hay multitud de fotografías insultantes de dirigentes políticos riéndose a mandíbula batiente y con rostros rebosantes de felicidad cuya contemplación causa espanto. España, un territorio flagelado por los cinco jinetes del Apocalipsis (el hambre, la enfermedad, la guerra, la muerte y los políticos) es hoy uno de los peores sitios del mundo para vivir, justo lo contrario de lo que afirma la sucia propaganda del sistema. Los hogares sin ingresos son cada día más, los servicios sociales pierden fondos y se retiran a muchas familias, la sanidad y la educación pierden calidad, la fosa que separa a los ricos de los pobres se agranda y el número de los desempleados y pobres que requieren servicios de apoyo crece día a día, mientras la ralea de dirigentes sin alma que comanda la renqueaante nave de España disfruta insensible de sus privilegios y de sus inmensas ventajas, sin miedo al maniatado pueblo, ni a la justicia, incapaz de hacer pagar a los corruptos sus robos y tropelías.
Los expertos sostienen que con solo 2.600 millones de euros se podría eliminar la exclusión severa en España, una cantidad inferior a los casi 4.000 millones que costará al gobierno rescatar las autopistas arruinadas y decenas de veces inferior a la empleada para revitalizar a los bancos saqueados. Los datos, puros y fríos, demuestran que para Rajoy y sus muchachos es mas importante inyectar dinero en un banco que paliar el hambre de los millones de españoles que la padecen, entre ellos millones de niños.
Según Cáritas, 11,7 millones de personas en España están afectadas por distintos procesos de exclusión social. En España, el riesgo de pobreza entre los niños menores de 18 años se situó en 2012 en el 29,9%, casi nueve puntos por encima de la media de la UE. El 12% de la población que trabaja no gana suficiente para escapar de la pobreza.
Alguien debería recordar a Rajoy que lo importante no es crecer, sino crecer con justicia y dignidad. También deberían explicarle que exhibir euforia y risas ante algunos datos macroeconómicos cuando el país sufre y millones de niños tiritan y pasan hambre es una canallada, una auténtica canallada que supera al color y la ideología y que embiste contra lo que el pueblo llama "humanidad", que no es otra cosa que una hermosa mezcla de misericordia, de solidaridad y de dolor profundo ante el sufrimiento ajeno.