Pensando en conseguir estas sensaciones me acordé de Tita, de Tita y de su amor oculto por Pedro. Me acordé de “Como Agua para Chocolate”, expresión mexicana que significa “extremadamente agitado, en ebullición”. Así estaba Tita, especialmente agitada, le hervía la sangre, “como agua para chocolate”. Y recordé la novela, narrada a ritmo de recetas.
“Mi abuela tenía una teoría muy interesante, decía que si bien todos nacemos con una caja de cerillos en nuestro interior, no los podemos encender solos, necesitamos, como en el experimento, oxígeno y la ayuda de una vela. Sólo que en este caso el oxígeno tiene que provenir, por ejemplo, del aliento de la persona amada; la vela puede ser cualquier tipo de alimento, música, caricia, palabra o sonido que haga disparar el detonador y así encender uno de los cerillos. Por un momento nos sentiremos deslumbrados por una intensa emoción. Se producirá en nuestro interior un agradable calor que irá desapareciendo poco a poco conforme pase el tiempo, hasta que venga una nueva explosión a reavivarlo. Cada persona tiene que descubrir cuáles son sus detonadores para poder vivir, pues la combustión que se produce al encenderse uno de ellos es lo que nutre de energía el alma. En otras palabras, esta combustión es su alimento. Si uno no descubre a tiempo cuáles son sus propios detonadores, la caja de cerillos se humedece y ya nunca podremos encender un solo fósforo.”
INGREDIENTES (Aprox. 2 personas):
- 1 Pechuga de Pollo limpia
- 1 Cebolla morada grande
- 1/2 Pimiento Verde grande
- 200 cl. de Vino Tinto
- 100 cl. de Agua
- 50 cl. de Aceite de Oliva Virgen
- 50 gr. de Chocolate Negro a trocitos, triturado o bien lágrimas de chocolate
- Un puñado de almendra laminada tostada
- 1 Cayena
- Sal, Pimienta
ELABORACIÓN:
- Cortar el pollo en dados no demasiado pequeños y salpimentar. En una sartén poner el aceite y cuando esté bien caliente, dorar el pollo.
- Mientras cortar la cebolla en juliana y el pimiento a tiras muy finitas.
- Cuando el pollo esté dorado añadir el agua y llevar a ebullición. Agregar el vino y cuando rompa a hervir añadir la cebolla y el pimiento y dejar reducir. A mitar de reducción añadir la cayena.
- Retirar del fuego. Añadir el chocolate y remover para que todo se impregne bien. Con el calor que tiene, se derretirá. Si los trozos de chocolate son grandes, remover con el fuego muy muy bajo para que no se queme el chocolate.
- Retirar la cayena, añadir la almendra tostada y servir acompañado de un poco de arroz.