Hola a todos, aunque no son muy habituales en mi cocina mágica las recetas saladas, hoy os traigo un plato sencillo y muy fácil de preparar, unas deliciosas pechugas de pollo crujientes con pesto, queso y almendra.
El otro día compré un buen manojo de albahaca fresca para otra receta que pronto publicaré en Directo al Paladar, y con lo que me quedó no dudé en prepararme un exquisito pesto casero, con sus piñoncitos, su queso parmesano, y la albahaca, esa hierba que me tiene enamorada, tanto por su color, sabor y olor.
Pollo crujiente con pesto, queso y almendra
Ingredientes para dos pechugas de pollo
- 2 pechugas de pollo limpias y preparadas para enrollar
- 2 cucharadas soperas colmadas de pesto casero
- 2 cucharadas soperas de nata líquida para cocinar
- 2 cucharadas soperas de queso mozzarella rallado
- 1 huevo L batido
- 3 cucharadas soperas de Parmesano rallado
- 3 cucharadas soperas de almendra molida
- Un chorro de aceite de oliva
- Sal y pimienta
Comenzaremos precalentando el horno a 180 grados. Engrasamos con un chorro de aceite de oliva una fuente refractaria para horno.
En un bol echamos la salsa pesto, el queso mozarrella y la nata líquida, mezclamos y repartimos en la superficie abierta de las pechugas de pollo salpimentadas. Las enrollamos haciendo un rulo y las cerramos con un palillo.
Preparamos dos platos, uno con huevo batido y otro con la mezcla de queso parmesano y almendra molida. Pasamos las pechugas de pollo por el huevo y seguidamente por el rebozado seco. Las colocamos en la fuente y las horneamos durante cuarenta minutos. Servimos muy calientes acompañadas de una ensalada verde.
Y si no sabéis cómo se prepara un pesto de manera muy rápida y sencilla, no os perdáis esta receta que he publicado hace unos meses. Vais a ver qué fácil es, y seguro que cuando lo hagáis ya no lo cambiaréis por ninguno comercial.
Qué tengáis una buena semana!!