Uno de los manjares más ricos, siempre y cuando esté bien hecho.
Creo que esta debe ser la tercera vez que lo hago en casa, en mi vida... o que lo como en casa, en mi vida.
Pero ya estoy pensando en hacerlo de nuevo! En Buenos Aires no hay muchos lugares donde comer un buen pollo frito, así que, a pesar de ser fan, no lo como muy seguido. Y está bien, porque no hay que comer tanto frito, no?
El libro de este mes para el #rainydaybitescookbookclub fue The Food Lab, de Kenji López-Alt. Un libro cuasi científico, ya que te desmenuza la receta hasta dar en la tecla por cual o tal cosa salen (o no) como esperamos...
Pueden encontrar cantidad de recetas y trucos el Serious Eats, cuna del laboratorio gastronómico de Kenji. Creo que apenas pueda poner mis manos sobre este libro, me lo compro...
Este pollo frito está ahí, desglosado hasta el último huesito, paso a paso y truco a truco para que salga delicioso, sabroso y extra crujiente.
Una receta que realmente disfruté de hacer, porque al fin y al cabo no fue tan complicada, y el resultado valió la pena.
De más está decir que tampoco fue un enchastre descomunal. No mucho más que milanesas con puré.
Hay una receta!