- Introducimos en el vaso de la batidora los garbanzos con todos los demás ingredientes, salvo el gluten de trigo, y batimos durante varios minutos a alta velocidad hasta que los ingredientes se integren y se forme una mezcla homogénea.
- Ponemos la masa de garbanzos en un bol y añadimos el gluten de trigo. Mezclamos bien y dejamos la masa reposar durante 15-20 minutos hasta que se absorba el caldo.
- Para más comodidad separamos la masa en dos partes. Colocamos una de las partes de la masa en la batidora o el robot de cocina con el accesorio de amasar (unas paletas de plástico) y batimos la masa durante 10 minutos hasta que se caliente un poco y se vuelva suave y elástica.
- Al principio del amasado es normal que la masa puede parecer deshacerse, sigue amasando hasta que obtengas una bola de masa elástica. Si ves que la masa se deshace y queda granulosa pasado el tiempo del amasado añade un poquito de caldo y vuelve a amasar. Si no tienes el accesorio de amasado, procesa la masa con la cuchilla normal a velocidad baja, obtendrás un resultado similar aunque tomará más tiempo.
- Repetimos el paso con la otra mitad de la masa y, a continuación, unimos las dos bolas amasándolas un poco.
- Cortamos varios trozos de papel de aluminio. Colocamos la masa encima de una, doblamos el papel sellando bien los bordes y dándole forma rectangular al paquete. Volvemos a envolver la mas en varios trozos de papel de aluminio más sellando bien para que no entre agua a continuación durante la cocción.
- Cocinamos el pollo vegetal envuelto en una olla con abundante cantidad de agua con la tapa a medio tapar durante 1 hora o en la máquina de vapor 1,5-2 horas.
- Desenvolvemos el pollo vegano y lo dejamos enfriar. Ahora podemos cortarlo en trozos, láminas o tiras para cocinarlo a la plancha, al horno, frita, añadir a los guisos, estofados, platos de pasta o arroz, congelar, etc.
Como la base de esta receta de pollo vegano casero hemos utilizado garbanzos y gluten de trigo El "pollo" queda muy tierno y suave con una textura muy parecida. Es un sustituto perfecto casero para cualquier plato que prepares, además, con un gran aporte de proteína vegetal saludable sin colesterol. A primera vista la receta parece muy trabajosa y complicada, pero el resultado merece la pena totalmente, porque lo puedes congelar y utilizar poco a poco en diferentes preparaciones.