Tengo miedo. El sistema democrático occidental está a punto de romperse. Manuela Carmena, una dama de 71 años, relatora de la ONU, y Pablo Echenique, un político en silla de ruedas, recién llegado, son algunos de los conspiradores, esperemos que no vayan en la vanguardia porque lo llevamos crudo. Al grito de ¡al ataqueeeél! – no cabe otro para este sainete de humor condenado a ser de culto como el de Dolores Finiquito, también de la factoría “Para Partirse Films” – Occidente se rompería, sí, pero de risa, a costa de una bufona que dice ser política y que practica un humor negro irreverente que se ha convertido en su luto, una vez muerta la esperanza, una vez enterrado su nombre que es el mismo pero con mayúscula, por decir algo.
Experanza Aguirre – descanse en paz la “ese” – representó a la perfección, tras el 24M, la danza del pollo decapitado que antes de morir se mueve convulsa y frenéticamente en todas las direcciones, perdida ya la cabeza. Condesa de Bornos y grande de España, ve ahora reducido su dominio al tamaño de pastilla de Avecrem, que es el destino reservado a los desperdicios de muchos pollos y pollas (como ella) tras concluir su funesto baile. Chup, chup, se escucha ya en las ollas de Génova, a la espera de otros guisos. El caldo les va a saber a gloria, como a mí, en eso estaremos de acuerdo. La reina de la mentira y la contradicción, señas ambas de identidad del partido que representa, todo lo hace de boquilla, inmejorable técnica para hacer nada, nada más que mantener al día esa marca España que es la de la camarilla, “que hay de lo mío” y las mamandurrias sin fin que atascan los juzgados. A los corruptos habría que añadirles olor como al gas porque esta mujer estaba rodeada de ellos y no los detectó. Esta es quien proclama el fin del sistema occidental.
Firme partidaria de la transparencia, olvida publicar su declaración de la renta, que, de acuerdo con los datos que constan en Hacienda, ascendieron en 2013 a 369.000 euros (por dos horitas al día, dicho con guasa por la afortunada) como cazatalentos y otros 5.000 en juegos de azar. Por favor, que abra la boca algún talento y nos diga que fue Esperanza su cazadora o empezaré a pensar que todo esto no es más que otra forma de enmascarar tales mamandurrias y comisiones que nada tienen que ver con los talentos si no son los de plata y oro por otras “gestiones” encomendadas.
Esta tipa que imaginó todos los escenarios posibles de centro centro, centro izquierda, centro derecha y otras geometrías, gobiernos de concentración incluso con la propia Carmena, todo para dejar fuera a quien quería meter dentro concentrando, dislate tras dislate, tiene ahora una oportunidad de oro para facilitar el gobierno de su colega Cristina Cifuentes en la Comunidad de Madrid. Que corra a firmar el decálogo anticorrupción, requisito que Ciudadanos le exige a Cifuentes mientras piensa hacerlo extensible a la misma Aguirre. Corre, hija, corre, que salga de ti ese gesto y pon al día tu coherencia, que nunca lo estuvo. Si quieres de verdad a tu España, si quieres que tu partido – cuyo descalabro es inevitable – juegue al menos los minutos de la basura pensando que puede ganar el encuentro, firma motu propio. Y si no, vete, mujer, vete. Vete con tu sofá, la bicicleta y tu perrito Pecas a continuar con tu circo de populismos a otros países que no te conozcan tanto como nosotros y a los que puedas redimir. Infíltrate en Venezuela y acaba con ellos, llévate a Eduardo Inda para cubrir la noticia, hasta es posible que se suiciden por no aguantarte y resurjas como el Ave Fénix, Grande de España, de esa España pequeña.
El pueblo vota maravillosamente cuando las preñadas urnas dan a luz una mayoría absoluta del PP y a estos se les llena la boca hablando de lo bonita que es la democracia, que pasa a ser desgracia cuando es la izquierda la afortunada, entonces somos todos, para estos absolutistas, demócratas de plastilina, unos perroflautas anti sistema que no sabemos votar. Si aprendo inglés u otro idioma es para no parecer español si viajo mientras gobierna el PP, porque la vergüenza me mata si me meten, como es lógico, en el mismo cajón. Pero es ahora con los cambios que empiezo a estar orgulloso de serlo. Los países extranjeros están contemplando con lupa el nuevo escenario post 24M pensando que tenemos una posibilidad de salvación, respeto y crédito moral, muy distinto al que proporcionan las tarjetas black y los políticos del mismo color a los que le encanta su país mientras quede dinero público que puedan saquear.