Existe un nutrido grupo de aficionados a la temática zombi que no solo degusta con avidez las películas del género que caen en sus manos, sino que además tienen un sexto sentido que les advierte del peligro que podría existir realmente el día que los muertos caminen entre nosotros, con hambre de cerebros y vísceras. Se vanaglorian de estar preparados para el día del apocalipsis y sus métodos, forjados en normas y comportamientos de películas gore, videojuegos y cómics, parecen bien cimentados. De hecho, se podría decir, sin mayor problema, que ansían sin prejuicios que ese amanecer zombi suceda realmente. La gente los tacha de frikis o directamente de chalados con todas sus tuercas y arandelas por los suelos.
Existe un nutrido grupo de aficionados a la temática zombi que no solo degusta con avidez las películas del género que caen en sus manos, sino que además tienen un sexto sentido que les advierte del peligro que podría existir realmente el día que los muertos caminen entre nosotros, con hambre de cerebros y vísceras. Se vanaglorian de estar preparados para el día del apocalipsis y sus métodos, forjados en normas y comportamientos de películas gore, videojuegos y cómics, parecen bien cimentados. De hecho, se podría decir, sin mayor problema, que ansían sin prejuicios que ese amanecer zombi suceda realmente. La gente los tacha de frikis o directamente de chalados con todas sus tuercas y arandelas por los suelos.