Se podría decir que estamos ante una cinta de terror familiar en la que el suspense prima por encima del miedo con unos ingenuos efectos especiales y maquetas de la época que alcanzan todo su esplendor en la parte final. Estos elementos, lejos de ser negativos, fomentan la sensación de entretenimiento sano, manteniendo el punto justo de tensión en todo momento haciendo que la experiencia se centre más en lo fantástico que en el horror. Que el realizador de La matanza de Texas nos ofrezca un producto tan "suave" dada su filmografía, confirma las sospechas de que, además de producir y escribir el guión, Steven Spielberg también dirigiera la película. Mi puntuación: 6/10 Crítica de Rebobinando VHS.