Después, cumplido el trámite, Poncio Pilatos se sumerge en la sauna catódica de los telediarios y, mientras la degollina arrecia, se masajea la conciencia y se lava las manos. El último episodio del salvajismo islamonazi ha convertido a Kenia en un nuevo jalón del camino hacia Auschwitz. Pero Kenia, según parece, cae muy lejos y no le interesa a nadie. Tan lejos -o tan cerca- como caía Auschwitz.
Tomás Cuesta, comentando el atentado de Kenia.