Tras la visita del fascinante mercado de Nishiki Ichiba nos tomamos un merecido descanso en una agradable cafetería donde tomamos una soda de melón que estaba realmente buena y un batido o leche malteada de fresa
Además esparcidos entre las tiendas encuentras auténticas preciosidades como un templo al lado de un cementerio, donde pasamos un agradable rato de relax huyendo un poco del tremendo bullicio que tienen estas calles. Lo realmente magnífico es que estés a 10 metros del bullicio y no se oiga nada.
Tras la visita a la zona comercial llegamos hasta el ayuntamiento de Kyoto, un edificio imponente pero que decepciona un poco, en una ciudad como esta, llena de templos y jardines no esperas que el edificio del ayuntamiento sea un gigante de hormigón y cristal, pero bueno, como pillaba de paso hacia Ponto-Cho, pues tampoco nos quejamos demasiado. Esta zona media entre Teramachi-dori y Shinkyogoku-dori y Ponto-Cho no es especialmente bonita, pues hay muchos edificios modernos y hoteles, pero bueno, se hace amena viendo pasar gente y coches.
Enseguida llegas a Ponto-Cho zona donde, si tienes mucha suerte, podrás ver alguna auténtica Geisha. Es en esta zona junto con Gion donde se encuentran las casas tradicionales de té y por tanto donde puedes encontrarte con este singular personaje de las Geishas.
En esta zona se ve arquitectura tradicional japonesa, calles estrechas sin tráfico, casas bajas de madera que en la planta baja albergan locales casi todos de restauración. Es un lugar fantástico si pasas por aquí a la hora de comer o cenar, tienes multitud de establecimientos de distintos tipos y precios.
El pasear por estas calles te deja entrever cómo era la vida en la ciudad de Kyoto hace unos años, me ha recordado mucho a la película Memorias de una Geisha, aunque ya se que no se rodó casi nada aquí, pero no he podido remediarlo, callejones estrechos, niños correteando, y muchas mujeres vestidas con el tradicional kimono.
Muchos de los restaurantes que están en la calle principal guardan una sorpresa para el inquieto visitante, y es la maravillosa terraza que te permite cenar con vistas al río y al vecino barrio de Gion, otra de las maravillas de Kyoto hacia la que encaminaremos nuestros pasos en breve, no sin antes parar a tomar un dulce típico en una de las muchas tiendas que hay antes de cruzar el río.