Pop Culture Icons…por César del Campo de Acuña
Bienvenidos a Pop Culture Icons una sección dedicada a conocer a diferentes personalidades de la industria del entretenimiento que por diferentes motivos su imagen ha trascendido más allá del tiempo y las modas. Hoy les voy a hablar de un hombre al que no muchos conocen que fue capaz de crear la imagen popular de los monstruos más famosos de la historia de la literatura en el cine.
¿Por qué es un icono de la cultura Pop?: Es cierto que en el sentido estricto del término Jack Pierce no es un Icono de la cultura Pop pero si lo fueron sus creaciones en la silla de maquillajes, las cuales regalaron a la cultura popular el aspecto que todo el mundo asocia a El Conde Drácula, el Monstruo de Frankenstein, La Momia, El Hombre Lobo, La novia de Frankenstein y El hombre invisible.
¿Cuándo fue el punto álgido de su popularidad?: El punto álgido de su carrera como maquillador duro la nada desdeñable cantidad de 20 años, desde 1931 (año que comienza a trabajar en las películas de Monstruos de la Universal) a 1951. Durante aquellos años trabajo en al menos un proyecto por año.
¿Cuál fue el momento que definió su carrera?: Personalmente creo que el momento que definió su carrera fue el trabajo que realizo en el film de 1931 El doctor Frankenstein (James Whale) desde aquel proyecto la imagen que todo el mundo asocia con el Monstruo de Frankenstein es la que Jack Pierce creo para este clásico del cine de terror.
¿Sabías que…?: Trabajo en prácticamente en todos los departamentos relativos a la creación cinematográfica. Jack Pierce antes de dedicarse íntegramente al mundo del maquillaje fue doble en escenas de riesgo, asistente de dirección, director técnico e incluso actor. No fue hasta 1926 en la película Habla el mono (Monkey Talks de Raoul Walsh) que comenzó a dedicarse al maquillaje al crear el aspecto del simio interpretado por Jaques Lernier. Aquel trabajo llamo la atención de Carl Laemmle, cabeza visible de Universal Studios, y como suele decirse el resto es historia.
Su primera gran creación (aunque no recibió crédito alguno por ella) fue el terrorífico Hombre que ríe de la película homónima El hombre que ríe (Paul Leni – 1928). Años más tarde su siniestra creación inspiraría al que probablemente sea el mayor villano de la historia del comic: El Joker de Jerry Robinson y Bob Kane.
Con la muerte del inconfundible (nótese el sarcasmo) Lon Chaney Sr, Jack Pierce se convirtió en el especialista de maquillaje para la película Drácula de Tod Browning. Desafortunadamente, durante la producción conocería por primera vez la amarga realidad de Hollywood ya que Bela Lugosi, estrella de la película, no solo se negó a utilizar el maquillaje ideado por Pierce, sino que utilizo el suyo propio. No obstante algunas de las ideas de Pierce fueron utilizadas, ayudando de esa forma a crear el aspecto que la cultura popular suele asociar al Conde Drácula. Lugosi aseguro, en buenos términos, que Pierce se vengaría años más tarde con procesos de maquillaje cada vez más tortuosos e incomodos como el de Ygor en El hijo de Frankenstein (1939) de Rowland V. Lee.
Supuestamente, su creación más icónica (El Monstruo de Frankenstein) no fue solo idea suya. Se dice que James Whale antes de comenzar la producción le dio a Pierce una serie de borradores dibujados en unos pañuelos para que los tuviera como referencia a la hora de elaborar el maquillaje que llevaría el actor encargado de interpretar a la criatura.
Pierce nunca utilizó moldes para el disgusto de los actores. El crearía cada ceja cada cicatriz, y cada puntada una y otra vez tardando casi 5 horas para la aplicación de un único maquillaje. Karloff, una vez maquillado, tenía actuar un día entero sólo para tener que soportar varias horas en el proceso de eliminación. Se ha escrito que Karloff iba a comer e incluso dormir con el maquillaje del monstruo puesto sólo para evitar tener que soportar su aplicación a la mañana siguiente. Incluso llevaba las cicatrices de los pernos del cuello hasta el día que pasó de este mundo al otro.
Muchos actores y actrices sufrieron el mismo destino en aras de la del “arte”. Algunos no eran tan tolerantes a la atención obsesiva a los detalles de Pierce como Karloff. Lon Chaney Jr. casi llegó a las manos con Pierce y lo acusó de quemarle a propósito con el rizador usado para chamuscar y rizar el pelo de yak utilizado en El hombre lobo de 1941 (tanto en el film de 1941, como en Frankenstein y el Hombre Lobo Lon Chaney Jr se pasó 9 horas en la silla de maquillaje. Karloff tuvo que soportar hasta 10 horas en la silla durante el rodaje de La Momia en 1932).
Durante el rodaje de El Hombre Lobo en 1941, Pierce había comenzado, a regañadientes, a utilizar látex para acortar un poco el arduo proceso de maquillado, pero incluso en un momento en que la mayoría de maquilladores comenzaban a abandonar el kit tradicional para crear monstruos, Pierce se mostró inflexible y siguió utilizándolo. Fue esta rigidez inquebrantable la que cavó su tumba profesional en los Estudios Universal. Después de crear tantos iconos del terror, Pierce fue despedido sin contemplaciones siendo reemplazado por Bud Westmore como Jefe de maquillaje en los Estudios Universal.
El último trabajo oficial de Jack Pierce fue en la serie de televisión Mr. Ed. Trabajó en el programa de 1961 a 1964 (la serie duró hasta 1968). Murió de insuficiencia renal a la edad de setenta y ocho años en 1968 bastante olvidado por la industria. A pesar de que mantuvo amistad con Boris Karloff, llegando incluso a aparecer en el episodio de This is your life que le dedicaron al actor, su naturaleza severa (algunos dirían incluso que amargada) le privo de hacer muchos amigos en Hollywood.
Jack Pierce es “el padre” de toda la generación de maquilladores profesionales conocidos como Monster Kids (los maquilladores profesionales nacidos en las década de los 60 y en los primeros años de los 70). De hecho, si le preguntan a Rick Baker (el genial maquillador ganador de siete Oscars de la academia) quienes son sus tres maquilladores profesionales preferidos de todos los tiempos, siempre contestara que Pierce tiene un puesto vitalicio en esa lista.
De manera póstuma, Jack pierce fue honrado con el Premio a Toda una vida por la Hollywood Make-Up Artist and Hair Stylist Guild. Las contribuciones de Jack Pierce a las películas han soportado el paso del tiempo y siguen inspirando a generaciones de nuevos maquilladores y lo que es más importante, su trabajo ha dado a la cultura popular a nivel mundial la imagen que todos tenemos cuando pensamos en los monstruos clásicos.
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