Popeye tenía razón

Publicado el 03 febrero 2011 por Pedrolmendez

Importante descubrimiento publicado en Cell
 El nitrato, es un abundante anión inorgánico presente en vegetales. Al comerlo es transformado 'in vivo' en óxidos de nitrógeno bioactivos entre los que se incluye el óxido nítrico (NO). Un nuevo estudio relacionado con este tema ha aparecido esta misma semana en la prestigiosa revista científica Cell Metabolism indicando que mejora el rendimiento físico incrementando la eficiencia de las mitocondrias. El estudio firmado por Larsen y otros colaboradores ha sido dirigido por Eddie Weitzberg del Instituto Karolinska en Estocolmo (Suecia). Han descubierto que la dieta rica en nitrato alimenta una ruta que produce óxido nítrico (NO) gracias a la ayuda de bacterias que viven en nuestra boca. Estos científicos  habían demostrado que el nitrato en la dieta reduce el consumo de oxígeno durante el ejercicio físico, pero el mecanismo subyacente permanecía desconocido. Ahora se ha visto que unos voluntarios saludables, tras ingerir una pequeña dosis de nitrato inorgánico durante tres días, consumen menos oxígeno cuando realizan ejercicios aeróbicos. Las mitocondrias del músculo esquelético recogidas tras el suplemento de nitrato mostraron  mejora en la eficiencia de la fosforilación oxidativa (relación P/O), y esta mejora de la relación P/O mitocondrial se correlaciona con la reducción del consumo de oxígeno durante el ejercicio. Parece ser que el aumento de la eficiencia energética mitocondrial se debe a menores niveles, por reducción en su expresión, de la ATP/ADP translocasa, proteína que participa en la conductancia protónica extrayendo ATP a través de la membrana mitocondrial interna. De hecho, las mitocondrias normalmente no son completamente eficientes, y mecanísticamente el nitrato redujo la expresión de la ATP/ADP translocasa. La principal conclusión es que el nitrato de la dieta tiene profundos efectos en la función mitocondrial basal.
Recomiendan más espinacas y menos enjuagues bucales

Eddie Weitzberg comenta en una entrevista que las cantidades de nitrato de las que se está hablando se encuentran en 2 ó 3 remolachas rojas, Beta vulgaris L. o en un plato de espinacas, Spinacia oleracea L. vamos que no recomienda a nadie tomar suplementos de nitrato inorgánico. De hecho hasta hace poco se pensaba que el nitrato carecía de valor nutricional, e incluso recuerdo de mi paso por la Universidad como se nos comentaba en clase que las plantas con altas cantidades de nitrato podían resultar incluso tóxicas si se abusaba de ellas en la dieta. Obviamente tras estos descubrimientos estas afirmaciones ya no se sostienen porque la dieta rica en nitrato alimenta una ruta que produce óxido nítrico (NO) gracias a la ayuda de bacterias  que conviven con nosotros en nuestras bocas. El NO es una molécula fundamental que participa en numerosos procesos clave de nuestra fisiología al actuar como mensajera en numerosos procesos patológicos que sería excesivamente largo detallar aquí y que van desde participar en la respuesta inmune hasta estimular la erección del pene. Los siguientes pasos de esta interesante línea de investigación van en la dirección de investigar de qué modo afecta esto a personas con disfunciones mitocondriales, diabetes y enfermedades cardiovasculares. Estos investigadores también han comentado que ciertos enjuagues bucales son nefastos para las bacterias orales que inician la reducción del nitrato y desaconsejan su uso si queremos aprovecharnos de una dieta rica en nitrato.

Deportistas como Popeye
Este descubrimiento promete consecuencias interesantes. En los años 30 las espinacas se pusieron de moda en norteamérica, en parte porque como por la depresión se comía menos carne había que comer alimentos más baratos, pero luego volvió a pasar de moda. Quien sabe, puede que ahora algunos deportistas antes de competir coman más espinacas que el mismísimo Popeye el marino. 
Referencias:
Dietary Inorganic Nitrate Improves Mitochondrial Efficiency in Humans
Larsen, FJ., Schiffer, TA., Borniquel, S., Sahlin, K., Ekblom, B., Lundberg, JO., and Weitzberg, E. Volume 13, Issue 2, 2 February 2011, Pages 149-159
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