'Popieluszko: La libertad está en nosotros': Mártir de la libertad y de la verdad

Publicado el 28 enero 2012 por La Mirada De Ulises

[6/10]   La figura de Jerzy Popieluszko, sacerdote polaco asesinado por la policía en 1984 por defender la libertad de su pueblo, es el eje de la película de Rafal Wieczynski, y también de muchos compatriotas que encontraron en él un líder para su causa y un mártir para su fe. Sus últimos años son recogidos en “Popieluszko: La libertad está en nosotros”, biopic de marcado carácter social y hagiográfico que trata de plasmar el ambiente convulso de un país ahogado en la pobreza y en la desesperanza, escindido entre unas autoridades comunistas sometidas a la URSS y un pueblo creyente que encontraba aliento en Juan Pablo II, y también el declinar de un sistema lleno de contradicciones y con claros síntomas de resquebrajamiento al estar sostenido por el odio y el miedo.

Huelgas en fábricas y manifestaciones de estudiantes pidiendo derechos y libertades, concentraciones y peregrinaciones para rezar por la paz y la convivencia, atropellos y encarcelamientos de aquellos que eran vistos como enemigos del régimen, una ley marcial con falsedades y amenazas para someter y amordazar a los responsables del sindicato Solidarnosc o a cualquiera que alzase la voz… Un ambiente y una inquietud dramáticos recogidos por la película de Wieczynski, que entronca con la tradición polaca del cine de denuncia sociopolítica y de depuración de la verdad histórica, de espíritu patriótico y carácter testimonial, de factura próxima al documental. La película se centra en Popieluszko y en su vocación de servicio y compromiso con la verdad, pero trasciende al personaje para elevarse a cotas que hablan de la dignidad de la persona, de la defensa de su libertad y de la conciencia como guía para actuar.

El director consigue que la progresiva e incesante formación del grupo en torno a Popieluszko resulte verosímil, que lo humano y lo divino convivan con naturalidad en su persona, que se aprecie la fuerza que el sacerdote sacaba de su propia vida espiritual y también que se refleje el espíritu de libertad y amor a la patria, o la conciencia de quien se sabía libre aún estando encarcelado… porque que “huía del odio y del miedo, de la sed de venganza y de la violencia”. También la confianza y respeto hacia el clero es fiel reflejo de la realidad polaca, lo mismo que la tensión creciente entre la milicia y una población que sentía más la fuerza de la sangre y la cultura que la ideología impuesta (basta observar el registro en la escena de ingreso en la cárcel del sacerdote). En definitiva, una ambientación socio-cultural puesta al servicio de una historia a la que imprime un espíritu.

Cada plano de la película respira respeto, admiración y agradecimiento a este hombre generoso y valiente, capaz de dar lo poco que tenía al notar necesidad a su alrededor… y de encabezar una manifestación junto a los más indefensos. No hay grises ni claroscuros en su retrato pero éste no resulta simple ni maniqueo, en parte por la rigurosa documentación histórica de la que parte y también por el buen trabajo de Adam Woronowicz, que le presta un rostro franco y leal, que transmite profundas convicciones y una paz contagiosa, con evidentes muestras de sufrimiento sin caer en lo histriónico. La narración se apoya en rótulos que sitúan la acción en el tiempo, o en imágenes de archivo que en ocasiones se mezclan y continúan con una ficción donde no dejan de aparecer cámaras que están recogiendo ese momento… y así reafirmar el carácter histórico de la película.

Sobran algunos insertos de flash back como recurso para duplicar lo que la palabra está contando, y también alguna reiteración de hechos o acumulación de testimonios para recrear un entorno de atropellos o el heroísmo de Popieluszko. Tampoco el montaje es el aspecto más conseguido de la cinta por su carácter televisivo y rutinario. Más acertado son algunas planificaciones como ese travelling aéreo que muestra la multitud congregada o ese plano secuencia que acompaña a la de gente concentrada tras su secuestro, lo mismo que un emotivo final con plano en negro o contrapicado cenital hacia el cielo. No faltan, por tanto, en “Popieluszko: La libertad está en nosotros” elementos cinematográficos, aunque su fuerza parte de la realidad y del testimonio, de la necesidad de rendir tributo a un líder que supo ser héroe sin pretenderlo, que “luchó contra el mal y no contra las víctimas del mal”. Por eso, la película se hace necesaria para quien busque vidas ejemplares y cercanas, y para quien quiera conocer la verdadera historia reciente de Europa.

Calificación: 6/10

En las imágenes: Fotogramas de la película “Popieluszko: La libertad está en nosotros” – Copyright © 2009 Focus Prducers, Polski Instytut Sztuki Filmowej y Various Producers. Todos los derechos reservados.

Publicado el 28 enero, 2012 | Categoría: 6/10, Año 2012, Biopic, Críticas, Drama, Polonia

Etiquetas: Adam Woronowicz, historia, libertad, Popieluszko: La libertad está en nosotros, Rafal Wieczynski, religión