Aunque de todos es sabido que ese estado de dopaje afecta a algunos compañeros suyos, ella es el ejemplo más claro de cómo estas sustancias anabolizantes han hecho crecer tanto algunas partes de su cerebro que, como consecuencia, otras se han atrofiado, en secretas proporciones.
Como resultado nuestra protagonista ha perdido memoria, esa parte del cerebro donde reside la copia de lo que debemos y tenemos que declarar a la Hacienda Pública. Ahora se entiende el porqué de sus olvidos en su última declaración de la renta.
Primero fue el olvido de declarar un local comercial en el centro de Albacete, de la que es copropietaria, en un tercio. Ah! pero gracias a algún periódico nos enteramos que también se le olvido, producto sin duda del dopaje, declarar su participación en la empresa agropecuaria Rosamón. Empresa que es una sociedad anónima, cuya presidenta es la madre Cospedal, el secretario es el padre Cospedal, y como consejeros, como no podía ser de otra manera, están la propia Cospedala acompañada de sus hermanos Cospedales.
Empresa que posee más de 600 hectareas y que ha recibido ayudas públicas por valor de 500.000 euros.
Pues miren por donde, también se le ha olvidado declarar este pequeño asunto. La señora popular Cospedal sigue afirmando que la suya es la madre de todas las declaraciones, es decir, la declaración perfecta a la par que transparente.
Es lo que tiene las sustancias esas que dopan: afectan a la memoria. Al parecer también afectan a la dignidad, a la responsabilidad y a la ética.