El frío ha llegado,oasis de los calurosos y cruz para los frioleros, pero por encima de todo motivo de preocupación de los padres ante la idea de que su hij@ se ponga malo.
No es para menos, debido a que desde un simple catarro puede significar
fiebre, noches sin dormir debido a que el niño no puede respirar bien, peleas a brazo partido para poder echarle suero o la medicina, etc… En concreto uno de los momentos que más se deben temer es la noche. Tu que le acuestas con el mayor de los cariños, lo has acunado y cantado una nana, ¡le has dado el beso de buenas noches! y al rato cuando pasas a verle ¿pero que ha hecho?
Si señores, el niñ@ aparece en el sitio más inverosímil y con la postura más complicada que pueda hacer y por upuesto totalmente desarropado, y ahí que haces ¿le atascon el gato?.
Bien pues para solucionar esto hay una opción muy buena y barata, son los sacos de dormir para los niños, faciles de poner, de lavar y muy practicos, donde quiera que vaya el niñ@ ahí le seguirá su saco fiel y para alivio de los padres calentito.
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