Para cuando después de muchas vicisitudes consiguieron salir de la isla e ir a Escocia, todavía tardarían en retornar a España más de seis meses.
La mediación del Duque de Parma para quien había combatido a sus órdenes y la necesidad de Alejandro Farnesio de oficiales expertos en la Guerra de Flandes le devolvieron a la cruenta realidad que llamamos normalidad. Poco se sabe de este ilustre soldado.
Ni dónde murió, ni dónde está enterrado, ni dónde nació con exactitud. Es posible que al ausentarse de su cuerpo volviera a confundirse con las nieblas de aquella isla del norte tan llena de elementos mágicos y de enigmas.
Sobre la extraordinaria oportunidad de que dispuso España de apuntillar a su secular enemiga en aquel septiembre de 1588, sólo cabe decir lo que aquel proverbio árabe: "Hay cuatro cosas que no vuelven: una bala disparada, la juventud, la palabra dicha y una ocasión desaprovechada".
El ser humano está claro que no tiene límites. Hay gente a la que se puede sacar a hombros sin complejos. Por el capitán Cuéllar. In Memoriam.
Fuente: - "El capitán Cuéllar, el héroe desconocido que hizo huir a un millar de ingleses".