Por dónde empezar... ¡clásicos para todos los gustos!

Por dónde empezar
-
Clásicos
 ¡Hola, hola, hola!

 ¿Cómo estáis? Ojalá que lo mejor posible. Y en casa, en la medida de lo posible. Supongo que, como a mí, esto no os ha hecho ni puta gracia. Ojalá pase pronto. Pero no estoy aquí para sumarme a esta ola de sobre-información sobre el tema – con todos los bulos correspondientes, claro, porque el ser humano tiene que ser gilipollas hasta en momentos de crisis, Dios nos libre de comportarnos como personas –, sino para hacer que paséis un ratito pensando en otra cosa. ¿Y en qué? En clásicos, sí, sí. ¿Qué, vamos con las recomendaciones? ¡Dentro CLASICOTES!
Por dónde empezar…
 Creo que el sello de la casa en este blog es precisamente que me importa una mierda ser políticamente correcta, y es precisamente por eso que os digo que ignoréis a toda la gente que os diga que no los leáis por eso de que “los clásicos son para adultos”, “los clásicos son aburridos, difíciles” y un largo etcétera de comentarios que, me vais a perdonar, los escupen personas con una falta de autoestima muy severa. Ah, sí, sí, reíros, pero estoy hasta el coño de esta gente que necesita sentirse superior intelectualmente. De hecho, invito a todas esas personas a irse a la mierda o, en su defecto, a dar por culo en su casa y dejar al resto de la gente en paz. Aclarado esto, vamos a empezar por una evidencia… los clásicos, en su época, no lo eran. Ajá, todo muy obvio. Y precisamente por lo obvio que es, creo que es necesario pensar en ello. Los libros son eso: libros. Historias, reales o no, cargadas de momentos en los que perderse. Es tinta que sangra, tinta que hace que consigamos evadirnos de toda esta puta locura a la que llamamos vida. Os quiero presentar cinco clásicos muy fáciles de leer. Amenos, accesibles y, ante todo, maravillosamente bien escritos. Además, ninguno pasa de las 500 páginas y, si lo hace, es por muy poquito. Todo ventajas, ¿sí? ¡Vamos a ello!

JUDE EL OSCURO, de Thomas Hardy
 La campiña inglesa nos salpica esta obra maravillosa, llena de claroscuros; y es que Hardy se caracterizaba por no ser demasiado benévolo con sus personajes. Viviremos la infancia, adolescencia y edad adulta de Jude, un chaval que sólo quiere aprender. Aprender lo máximo posible. Porque es eso, llegar a la universidad, su único sueño. Al menos hasta que los ojos de una mujer se cruzan en su camino y las prioridades empiezan a temblar.

 Es una obra jodidamente catastrófica, divertida y terrible. Porque sí, con Jude el oscuro os vais a reír, os vais a cagar en todo y… bueno, vais a conocer a una villana que, os lo prometo, va a conseguir que miréis con otros ojos a los cerdos. No digo más.1984, de George Orwell (reseña)

 Debería ser obligatorio. De hecho, ojalá el autor siguiera vivo. Este hombre, este maldito señor, era un genio. Un maldito visionario que dejó un legado muy importante en forma de distopía. Cruda, dura, atroz; 1984 es una obra que convierte el acto más mundo en algo ilegal. Ni pensar, está permitido; ya no hablemos de soñar. Así que conoceremos a Winston, que sabe que todo está mal. Que el sistema es una jodida mierda hipócrita y opresora. Winston, que trabaja en uno de esos ministerios del horror, bautizados con palabras amables. Porque las palabras, amigas y amigos, tienen mucho poder. Tanto que… si no existe lo malo, ¿dónde empieza y acaba la legalidad?EL MAESTRO Y MARGARITA, de Mikhail Bulgakov (reseña)
 ¡Un clásico moderno! Sí, sí, ya sé, soy una tramposa; pero para mí esta novela ya es clásica, así que la incluyo. Divertida. Muy pero que muy divertida. Un libro en el que el demonio tiene un papel muy importante, y es que cierto nigromante se ha acercado a la preciosa Moscú a hacer… unos truquitos. Gatos con mucha personalidad, brujas y algún que otro disgusto que se salda con un tortacito. O dos. O trescientos. Una historia hilarante, salpicada de crítica ácida. Si queréis echaros unas muy buenas risas, es vuestro libro. No hay más.
MUJERCITAS, de LouisaMay Alcott (reseña)
 Puede que uno de mis clásicos favoritos. Sin duda, es una novela que vale, y mucho, la pena. Tierna como sólo May Alcott podía escribirla; Mujercitas nos adentra en la vida de la familia March. Cuatro hermanas que no pueden ser más maravillosas, ¡y diferentes! Con la correcta Meg, la alocada Jo, la dulce Beth y la egoísta Amy. De telón de fondo, la guerra. La llamada de los soldados deja a nuestras protagonistas con su madre, pero eso no las privará de vivir momentos tiernos y maravillosos.
ETHAN FROME, de Edith Wharton (reseña)
 Una tragedia como pocas. Ethan es un hombre taciturno, más bien silencio; preso de su vida marital. Un hombre que se ahoga, porque no sabe qué narices hacer para que su mujer vuelva a ser feliz. Y tal vez meter a otra chica en casa sea una idea… delicada.

 Un dramón, sí, de los que hacen que queráis leer “un capítulo más”. Uno que duele como pocos porque, joder, a mí se me saltaban las lágrimas de la impotencia. La autora tenía una prosa delicada y maravillosa, ¿de verdad os la vais a perder? ¡Y esto es todo por hoy! ¡Pero, contadme! ¿Habéis leído alguno de todos estos clásicos? ¿Os gustó?¿No? ¿Me recomendáis algún clásico que os haya flipado? ¿He conseguido convenceros de leer alguno?
¡Un besazo muy pero que MUY grande y feliz domingo!