Además de todas estas concepciones revolucionarias, Cruyff tenía una gran personalidad dentro del vestuario. Manejaba a sus estrellas con mano firme incluso se permitía el lujo de renovar sus contratos como entrenador por una peseta más que el jugador que más cobrara como un gesto de supremacía en el vestuario (hoy día es impensable e imposible tanto lo uno como lo otro). Siempre fue muy claro y muy directo cosa que le repercutió más de un problema. Yo me quedo con lo que aportó al fútbol, eso ya está escrito y quedará para la historia.
Después vinieron otros, algunos para perfeccionar la idea (el Barça de Guardiola es el mejor equipo al que he visto jugar al fútbol) y algún otro para hacer mala copia.
Se ha ido uno de sus máximos exponentes del fútbol de todos los tiempos. Se trata de una gran pérdida histórica e intelectual de este deporte.
Seguramente, nadie le va a recordar por lo partidos ni los títulos que ganó y todos le recordaremos por el camino que utilizó. DEP Johan Cruyff.