A petición de uno de los colaboradores de este blog me animo a comentar de manera breve y sucinta una de esas noticias que no tienen mucho calado en los temas que habitualmente se tratan en los blogs de ciencias y menos aún en este blog. La acuicultura no suele ser un campo que suscite mucho entusiasmo a nivel general, sin embargo muchos de sus éxitos son si cabe logros de gran importancia y calado ya que pueden repercutir muy favorablemente en nuestros hábitos de consumo, el futuro de la pesca y la conservación de muchas especies cuya demanda y presión pesquera están poniendo al límite de su supervivencia. Tal es el caso de nuestro codiciado atún rojo (Thunnus thynnus), que actualmente soporta una gran presión pesquera y que a pesar de las cuotas de captura impuestas y las medidas de gestión adoptadas no parecen tener un futuro muy favorable.
Sin embargo, España, que ha sido uno de los países pioneros en la acuicultura mediterránea, ha logrado mediante el IEO (Instituto Español de Oceanografía), la adaptación en cautividad del atún rojo en instalaciones en tierra. Desde hace años se viene practicando el “engrase” de atunes en jaulas en la costa murciana, y son numerosas las instalaciones que “engordan” atún salvaje en jaulas flotantes, pero es su mantenimiento en instalaciones en “tierra” donde se centra el futuro de esta especie si se quiere utilizar para la producción acuícola, solo así se puede controlar de manera adecuada las puestas y la reproducción de esta singular especie pelágica de la que no solo hace falta afianzar y avanzar en el conocimiento de su reproducción sino quizás y más necesario, gestionar e imponer cuotas más restrictivas.