Hay escritores a los que los lectores sometemos a una gran presión. No hemos terminado de leer su última novela y ya estamos esperando la próxima, y Víctor del Árbol es uno de ellos. Es uno de esos escritores que, pese a reconocer que sus novelas no se pueden escribir a la velocidad que nos gustaría, siempre estamos deseando tener lo próximo en nuestras manos lo antes posible.
Ahora ha llegado el momento y ya podemos disfrutar de Por encima de la lluvia, aunque seguramente nos habría gustado que nos durara entre las manos mucho más.
EL AUTOR
ARGUMENTO
Miguel y Helena se conocen en una residencia de ancianos en Tarifa, a una edad en la que creen haberlo vivido todo ya. A Miguel le asusta volar. A Helena le da pánico el mar. Los dos tienen hijos adultos y sienten que les han relegado a un plano casi ornamental. El dramático suicidio de un compañero de la residencia les abre los ojos. No quieren pasar sus últimos días recordando y añorando tiempos supuestamente mejores. Y juntos decidirán emprender el viaje de sus vidas, en el que descubrirán que nada es definitivo mientras queden ilusiones que perseguir. Mientras tanto, en la lejana ciudad sueca de Mälmo, la joven Yasmina, hija de inmigrantes marroquíes y que sueña con ser cantante, vive atrapada entre el cuidado de su autoritario abuelo Abdul y el desprecio de su madre, para quien Yasmina es una vergüenza porque trabaja para un sueco de pasado turbio. Y vive un romance secreto con el subcomisario de la Policía sueca, un hombre mayor e importante.
Estos tres personajes dibujan una historia sobre el sentido del amor y sobre lo extraordinarias que pueden llegar a ser las personas comunes.
MIS IMPRESIONES
Hay textos en los que se reconoce rápidamente al autor. Según comienzas a leerlos aunque no supieras de antemano a quien pertenecen hay algo en ellos que te evocan un nombre. Eso es lo que a me ha pasado con esta novela. Si Por encima de la lluvia hubiese caído en mis manos en una lectura a ciegas, sin dudarlo un momento me hubiese aventurado a decir quién era de su pluma.Ya el comienzo de la novela es una declaración de intenciones, nos pega un buen golpe ahí donde más duele y nos va a dejar sin aire. Está claro, no va a ser una novela amable, va a ser dura, va a doler.
A lo largo de la novela nos vamos a enfrentar a situaciones y escenas crudas, dolorosas, en las que Víctor del Árbol no se recrea ya que no hay necesidad, ya transmiten lo suficiente por sí mismas.
Son tres los personajes que van a compartir el protagonismo en esta novela. En una de las tramas que transcurren paralelas,conoceremos a Miguel y Helena, una pareja de ancianos a los que, en apariencia, pocas van a ser las cosas que les unan pero que van a emprender un viaje que les va hacer cambiar, se darán cuenta que sólo se llega al final cuando ya no se tienen cosas por las que vivir, que mientras hay ilusión, hay vida.
La otra, correrá a cargo de Yasmina una joven hija y nieta de inmigrantes y cuya vida dista mucho de lo que a ella le gustaría.
Unas tramas principales que terminarán convergiendo, pero de las que a su vez saldrán otras que se enlazan y que conformarán la totalidad de la urdimbre de Por encima de la lluvia.
Como es habitual en la obra de Víctor del Árbol, nos vamos a encontrar con unos personajes sumamente complejos y humanos, y no sólo en lo que respecta a los protagonistas, sino a todos los que se pasean por las páginas de esta novela. Unos personajes todos ellos necesarios para el desarrollo de la novela que cargan pesadas mochilas, algunos de ellos desde su infancia, que arrastran sus miedos, sus culpas, heridas imborrables, recuerdos, en definitiva, sus vidas.
La vida, ese camino que recorremos desde que nacemos hasta la muerte, y la vejez, ese tiempo que ya se nos antoja de descuento según vemos que nuestros días están más cerca del final. Una vejez que en algunos casos viene acompañada por enfermedades y en el caso de Miguel por una de las más crueles: el Alzheimer.
También en Por encima de la lluvia, Víctor del Árbol nos trae un episodio histórico, en este caso un episodio traumático para los españoles, y lo hace llevándonos de la mano, por una parte, del padre de Helena que había sido capitán del Tabor de Regulares en Marruecos y, por otra, de Miguel, cuyo padre estuvo entre los repesaliados republicanos que trabajaron en las obras del Valle de los Caídos.
En este sentido no quiero dejar de mencionar la conversación que Miguel tiene con el monje, una conversación que creo que debe ser leída con calma y meditar sobre ella.
Por encima de la lluvia está narrada en tercera persona, en capítulos que se van centrando en cada uno de los personajes, dándonos de esta forma un mayor conocimiento de los mismos y lo que mueve sus actos en una historia llena de emociones que sin duda nos conmoverá de una manera en que muy pocos escritores son capaces de hacerlo.
FICHA DEL LIBROFRAGMENTO