Mientras la crisis de la avaricia la intentemos resolver con más codicia, no hay nada que hacer. Mientras los que cuentan el dinero sólo cuenten lo que les queda a ellos, no hay nada que hacer... Se impone el pensar frente al amasar. El dar frente al retirar. Necesitamos más razonamiento que enriquecimiento. Más ideas que cefaleas. Más honradez que idiotez. Suplicamos por los beneficios generales, no por los particulares. Exigimos dignidad, que no es poco. Si todo lo ceñimos a sacar tajada lo único que veremos serán bajadas y espantadas. De igualdad y productividad. También de solidaridad... Es la jodida crisis de la avaricia, que rima con injusticia, prima hermana de la malicia. Por favor, no sigamos siendo malos. Que ya nos vale.