Hace unos meses, Laia tendría dos años y medio, mi niña por fin lo dijo, con una voz muy tierna: "Papi, te amo", me volteé muy emocionado para abrazarla, con los ojos vidriosos; y vi que ella jugaba con dos calabazas secas y que el diálogo lo decía el guaje chico al guaje grande. "Papi te amo".Luis Ricardo Ramos en blog.luisricardo.com