Por fin llegó ese gran día
Que Cantillana esperaba.
Ya se vistieron los cielos
con la Gracia Soberana.
Ya bajaron las estrellas
para mirarse en su cara
y prender en sus pupilas
el brillo de esa mirada.
(Estribillo)
Ya, su sombrero, con flores,
dulcemente le preparan,
para cubrir el reflejo
de su frente inmaculada.
Ya se vistieron los montes
con el color de la jara
y lo ofrecen para el Risco
donde Ella está sentada.
Y los almendros... florecen,
tejiéndole entre sus ramas
la sombra donde apacienta
a su rebaño de almas.
Y los ángeles del Cielo
anuncian por la mañana,
el día de mi Pastora:
la Reina de Cantillana.
(Estribillo)
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