Y esta afirmación se basa en que durante su dilatada carrera Miles se atrevió a explorar, abarcar y trabajar distintos estilos y corrientes jazzísticas como el Bebop, Cool, Hard Bop, Jazz Modal... Llegando incluso en su última etapa a toquetear y jugar con un nuevo sonido que estaba saliendo de las calles norteamericanas: el Rap o Hip Hop, como quieras llamarlo.
Todo esto está muy bien, pero aquí vamos a hablar de la importante aportación musical que Miles realizó a finales de los 60 y prinicpios de la década siguiente, cuando al electrificar el Jazz e introducir elementos musicales propios de la Vanguardia, del Rock, del Funk y de una incipiente Electrónica, tuvo lugar el nacimiento de un nuevo subgénero que hoy se conoce como Jazz-Fusión, subgénero que Miles cultivó y que es uno de los períodos creativos de este hombre que más me interesan.
Nunca el significado de la palabra "seminal" en el ámbito musical estuvo tan bien aplicado como en este disco. Un muy influyente álbum sobre el que pivotaría este nuevo sonido de la mano de artistas y grupos de diverso pelaje y procedencia, que podían poseer tanto formación Jazz como fue el caso de la Mahavishnu Orchestra (formada años más tarde con músicos que trabajaron para Miles: los tremendísimos John McLaughlin o Billy Cobham), Weather Report (integrada por miembros que también hicieron lo propio: Joe Zawinul, Airto Moreira y Wayne Shorter), como de bandas de corte más Rock y Progresivo caso de Colosseum y los magníficos Soft Machine (tanto en su momento primigenio psicodélico como su posterior evolución de jazz-rock extrañote). Y así otros tantos artistas y agrupaciones que deberían mucho a Miles.
El amplio abanico de grupos, con sus propias características y peculiaridades que se incluyeron dentro de este Jazz-Fusión es lo que dio después lugar a las típicas discusiones y diferenciaciones sonoras y de matices entre el Jazz-Fusión, Jazz-Funk, Jazz-Rock...
Que quede claro que yo soy partidario e intento dentro de lo que cabe minimizar el embrollo ese de las etiquetas, pero es un dato que creo había que señalar.
La gestación de Tribute To Jack Johnson como tantas otras obras de Miles, tiene su leyenda, historia o su anécdota curiosa: En este caso parece ser que Miles se retrasó a la hora de acudir al estudio, así que John McLauglin que estaba ahí como un clavo (puntualidad británica, ya saben), para pasar el rato mientras tanto, se dedicó a hacer una improvisación con su guitarra a la que se unieron progresivamente otros músicos presentes en la sesión, hasta que llegó al estudio Miles, que también se sumó a la fiesta de lo que sería más tarde el primer tema del álbum.
He aquí unas palabras suyas en cuanto a esa relación jazz-boxeo que realizó a la revista Jazz Magazine en 1971:
"El boxeo es como la música: cada día se aprende algo. Boxeo porque me da fuerza. Y expulsa de mis pulmones el humo de la noche anterior. Y es bueno para tener buen soplo... Me permite quedarme pegado a la embocadura. No como esos músicos anticuados que se paran cada rato par respirar y, de este modo, hacen siempre frases de dos o cuatro compases. Son tíos que bajan la guardia. Yo no bajo la guardia cuando toco. En un grupo nunca debes dejar que el que toca detrás adivine cuándo vas a retirar el instrumento de tus labios y hacer una pausa. Es como en el boxeo, siempre hay que acorralar al adversario..."
Ya en postroducción, todo el material grabado fue moldeado y pulido por Teo Macero, uno de los más arriesgados productores de su época. Pionero en el aprovechamiento de las nuevas tecnologías y de las técnicas de edición y mezcla (empleo de numerosos efectos, superposiciones, secuenciaciones, "loops",...) Lo que viene siendo ahora el típico corta-pega de los samplers, pero todo ello manipulando las cintas de manera manual y artesanal. Una barbaridad de trabajo que tiene por mérito propio ser considerado una muestras más de los numerosos ejercicios precursores de la música Electrónica.
El resultado de esta labor fueron "Right Off" y "Yesternow", dos maratonianas piezas de unos 25 minutos aproximadamente de duración cada una, que nos mostraban un panorama sonoro más concreto, con una orientación todavía más clara y marcada hacia el Funk combativo (había conexiones con el rollo ideológico Black Power y tal) y hacia el Rock. Por tanto, más accesible para el gran público y para todos los que quieran acercarse al Miles setentero.
Disfruten de este "Go Ahead John":