Por la noche hay más luz que por el día (y otras curiosidades astronómicas)

Publicado el 27 abril 2019 por Carlosgu82

Hay más luz por la noche que por el día

¿Puede haber más luz de día durante la noche? Parece un contrasentido, pero la investigación espacial no deja de sorprendernos. Los datos publicados en “Nature Astronomy” muestran que, visto desde la órbita de la sonda espacial Cassini, el lado nocturno de Titán (el satélite de Saturno) presenta entre 10 y 200 veces más luz que su lado diurno. Los científicos creen que podría deberse a la eficiente difusión frontal de la luz solar por la extensa neblina de su atmósfera, un comportamiento que en nuestro Sistema Solar solo presenta Titán.

Calisto es el más viejo

De todos los satélites que forman parte de nuestro sistema solar, Calisto (satélite de Júpiter) es el más antiguo de todos, habiéndose estimado la antigüedad de su superficie en más de 4.000 millones de años.

Si a los viejos nos salen arrugas, a los satélites viejos lo que les envejece son los impactos de asteroides, y Calisto tiene tantos cráteres de impacto que cualquier nuevo impacto que suceda en el futuro por fuerza ha de caer encima de alguno de los ya existentes.

Pan parece una nuez

El segundo satélite más cercano a Saturno es Pan, un cuerpo rocoso de 19,3 Km de diámetro que se caracteriza por tener forma de nuez. Su cresta montañosa ecuatorial, que le da esa peculiar forma, se ha ido formando con el material capturado de uno de los anillos al que guía como si fuese un pastor.

El planeta que se mueve deprisa, pero va despacio

A pesar de su rápida velocidad de rotación (9,7 Km/s) que hace que los días en Saturno sólo duren 10 h. 13’ resulta que su velocidad de traslación alrededor del Sol es una de las más lentas tardando 29,5 años en dar una vuelta, es decir, en completar un año de Saturno, más o menos el triple de lo que tarda Júpiter.

Las dos caras de Jápeto

Como la famosa novela “Jeckil y Hide” de Edgar Allan Poe, este satélite de Saturno tiene dos caras completamente diferentes una de otra. Una de ellas es muy brillante (albedo de 0,6) y en cambio la otra muy oscura (albedo de 0,03).

En ningún otro cuerpo de nuestro sistema solar se da una diferencia tan abismal entre dos hemisferios de un satélite o de un planeta.