Un proyecto piloto eólico marino que planeaba iniciar su instalación en abril 2014, en aguas de la isla de Block Island, (Rhode Island-U.S.A), será revisado para evitar que perturben las rutas migratorias de las ballenas francas, consideradas en peligro de extinción. El proyecto contemplaba 5 torres eólicas que producirían 30 MW de energía.
El desarrollo debe llevar siempre la componente de sostenibilidad integral, la cual va ligada de manera equilibrada con los ejes económicos, sociales y ambientales. Cualquiera de estos ejes que prevalezca sobre los demás, causa desbalance. Este caso de las ballenas francas australes es el mejor ejemplo y damos gracias por la decisión tomada.
ANTECEDENTES. Después de tres años y medio de estudio, y en principio con fecha de inicio de operaciones para 2014, la desarrolladora Deepwater Wind optó por tomar la decisión de detener y replantear el proyecto después de asesorarse con el grupo ambientalista Conservation Law Foundation (CLF), que alegaba que las ballenas francas tienden a moverse por esa zona del Atlántico Norte durante el mes de abril.
Ballenas Francas Australes en su ruta migratoria: Madre y su cría
El acuerdo tomado también busca la protección del mamífero marino en futuras actuaciones. Block Island se encuentra ubicada a 21 km de tierra firme.
“Es probablemente la preocupación más importante sobre el entorno que debe abordarse para la energía eólica en alta mar en esta parte del país”, dijo el presidente ejecutivo de la empresa desarrolladora, Jeffrey Grybowski. “CLF es una de las principales organizaciones que abogan por la ballena franca por lo que hemos estado trabajando muy de cerca de ellos.”
El proyecto involucra una inversión de $300 millones, y plantea esta primera etapa como un primer paso hacia la instalación de un parque eólico de dimensiones importantes en aguas federales de los estados de Rhode Island and Massachusetts, en U.S.A.
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