En fin. El hecho es que hay que pasar por ese purgatorio para llegar hasta la calle KARLOVA (todo tiendas y tiendas y tiendas) hasta la plaza principal. Allí, si te olvidas de todos los negocios y los endemoniados segway que están a punto de atropellarte siemre (¡qué invento tan horrible!), y los miles de turistas, que como tú y como yo buscan también la experiencia, te podrás concentrar en la belleza excelsa de todos los edificios que hay alrededor. De cajón te llamará la atención el RELOJ ASTRONÓMICO al que puedes subir previo pago para tener una gran vista de la plaza y mirar abajo las bocazas abiertas de todos los turistas que esperan la hora en que el mecanismo se ponga a andar y haga su espectáculo. En el centro de la plaza está el monumento a JAN HUS (recordé en ese momento cuánto me emocionó leer la historia de este personaje en la enciclopedia histórica de Carl Grinberg que tengo en mi casa de Perú), y más atrás la Iglesia de Nuestra Señora del Týn y sus puntas que le dan ese toque de misterio tan indescriptible. O seré yo el que lo asocia a esa idea pues en mi la portada del fantástico (por bueno y por género) libro “La noche de Wulpurga” de Meyrink(escritor tan asociado a Praga también, como veremos), el cual leí en España, se veía la silueta de esta iglesia en sombras, como algo amenazante.
Aquí hago una pausa pues recuerdo que vi a un tipo y una mujer de aspecto sospechoso. Dicho y hecho, eran ladrones, pues me di cuenta que estaban a punto de robarle a una japonesa que tomaba fotos distraídamente. Menos mal la chica se dio cuenta. Por lo que hay estar atento siempre en los sitios donde hay mucha gente. Además he leído que a veces los taxistas en Praga te pueden estafar, y otro tanto pasa con los cambistas por lo que es mejor cambiar en lugares oficiales. Ya te daré más consejos abajo. En el camino visité muchos otros lugares que tenían que ver con la vida de Kafka en Praga, pero sobre ellos ahora no escribo nada puesto que haré una entrada especial sobre la ruta que sigue los pasos del escritor por su ciudad. Mientras tanto, cuando pasas LA TORRE DE LA POLVORA, si volteas a la derecha encontrarás NA PRIKOPÈ, una calle comercial pero donde se ven menos turistas. Por allí bajé y doblé por la calle PANSKÀ en donde se encuentra el MUSEO ALFONSO MUCHA. La verdad es que quería conocerlo pues cuando estudié turismo la profesora de arte nos enseñó cosas sobre este artista. El museo vale justamente su pequeña colección. Aunque se hubiese esperado más por el precio que cobran: la museografía es muy antigua, sin interactividad, y lo único moderno que tienen es una película que proyectan en un salón, al fondo. De todos modos conocer más sobre un artista siempre es bueno. Allí puedes comprar una entrada al ALUCINANTE (sí, con mayúsculas) MUSEO FRANZK KAFKA a mitad de precio, así que aprovecha.