Por las madres de África

Por Africaenportada

Esther Madudu es una mujer guapa, bastante guapa. Tiene la piel negra brillante, la cara afilada, los labios gruesos, pero lo que la hace más guapa es su sonrisa tranquila, la expresión de saber que está haciendo lo correcto. Madudu es matrona en el Centro de Salud de Atiriki, en Uganda. Es la única matrona del centro y de la aldea y de las aldeas colindantes. Por eso muchas madres acuden en su busca y por eso repite varias veces que ella trabaja 24 horas sobre 24 y que está orgullosa de ello.

Esther Madudu es matrona en el hospital de una aldea de Uganda. / AMREF

Hace unos días, Madudu, con su túnica de colores vivos, su turbante y toda su experiencia, aterrizó en París. Era la segunda vez que viajaba a Europa. En la capital francesa visitó una de las mayores maternidades del país y la matrona ugandesa no salía de su asombro: “Había cunas, oxígeno, equipos, agua corriente y luz, ¡había luz todo el tiempo! En Uganda, tengo que utilizar mi teléfono móvil para alumbrar los partos por la noche, cuando no hay luz”. Acto seguido, su rostro cambió su gesto apacible: “En mi aldea, sólo hay una ambulancia que mantiene la comunidad pero, a veces, no hay dinero para comprar gasolina. Entonces, las mujeres tienen que andar hasta ocho kilómetros cuando están de parto para llegar al hospital. Yo cojo mi bicicleta y mis instrumentos y voy a intentar salvar al bebé”.

Madudu ha salido del anonimato de su pequeña aldea ugandesa para ponerse al frente de la campaña internacional de la ONG AMREF Stand up for African Mothers (Levántate por las madres africanas). El objetivo es formar a 15.000 matronas hasta 2015 para reducir un 25% la mortalidad materna en África Subsahariana. “Si en mi hospital tuviéramos 25 matronas, ¿cuántas madres podrían sobrevivir?”, se preguntaba Madudu ayer durante una conferencia en La Casa Encendida.

“Dar a un bebé africano una oportunidad. Su madre” es el lema de la campaña de AMREF.

El quinto Objetivo para el Desarrollo del Milenio es mejorar la salud materna, logrando una reducción del 75% de la mortalidad materna y el acceso a los servicios de salud reproductiva en 2015. Hasta ahora se ha logrado una reducción de la mortalidad del 47% y, en general, los resultados han sido desiguales. En algunos países africanos como las Islas Mauricio o Santó Tomé y Príncipe, la meta está cumplida. En otros, como Chad, Somalia, Sierra Leona o la República Centroafricana, la mortalidad materna es una emergencia de salud pública y un drama social. Lo recordaba Madudu relatando que cuando una mujer muere en el parto y su bebé sobrevive, lo normal es que el marido vuelva a casarse y se desentienda de su hijo. “Hay un millón de niños huérfanos, solos y en la calle”, contaba la matrona.

Según cifras de Naciones Unidas, cada minuto muere una mujer debido a complicaciones derivadas del parto y la gran mayoría proceden de países en vías de desarrollo. El Informe sobre la Salud en África en 2011 de AMREF señala que las causas más comunes de fallecimiento son hemorragias (35% de los casos), hipertensión (18%) y causas indirectas entre las que se incluyen VIH, malaria y enfermedades cardíacas (18%). Un 9%, segúnla Organización Mundial dela Salud, pueden atribuirse al VIH/SIDA.

El VIH/SIDA es otro de los grandes problemas sanitarios, en especial en los países del Sur de África, como muestra el siguiente gráfico:

Prevalencia del VIH/SIDA por países.

El tratamiento de esta enfermedad es otra de las labores de Esther Madudu en su hospital ugandés. Allí proporciona tratamiento a las madres que padecen VIH/SIDA para que no contagien la enfermedad a sus bebés. Los niños son, precisamente, las víctimas colaterales: según Naciones Unidas, sólo en África hay 14,8 millones de huérfanos debido la muerte de sus padres por VIH/SIDA. Para Madudu, el acceso a antirretroviales es fundamental y está por encima de cualquier creencia tradicional o religiosa: “Me enfrento a la salud, no a la religión. Mi objetivo es salvar a alguien, la religión no es un asunto mío como matrona”.

“¿Qué podemos hacer desde los países desarrollados?”, le preguntan durante la conferencia a Madudu. “No quiero tu dinero, quiero tu firma”, responde la ugandesa. La firma para lograr el objetivo de la campaña: la formación de 15.000 matronas. Además, para lograr más visibilidad, AMREF va a impulsar la candidatura de Madudu al Premio Nobel de la Paz  2015, como símbolo de la lucha de las matronas africanas por la vida de las madres. Madudu sonríe. “¿Está cambiando algo?”, le preguntan. “Sí, ¡yo estoy aquí!”.