José Alonso Martín Por los senderos de la tradición Diputación de Salamanca, Departamento de Cultura, 2010
¡Gracias, amigo José, gracias Donato y Jenny, por la delicadeza de enviarme esta joya de colección fotográfica! Bastaría la foto de portada de “El Colacho” en el pueblo Castrillo de Murcia (Burgos) de 5 de junio de 1994, para quitarse el sombrero. ¡Enhorabuena por la publicación que cosecha tantas horas de brega sembrada con tus sudores, a golpe de belleza, corazón, empeño! Sin duda que nuestro amigo común Santo Toribio te hace cargar las pilas para sacar tiempo y ganas para salvar lo que se nos va, para darnos lo más nuestro que es tan tuyo.
Copio de tu texto para los lectores la razón de tus trabajos: “En todos estos años, he estado continuamente sumergido en ese espacio lúdico, festivo, lleno de ritos y tradiciones en los que el ser humano necesita sentir esa metamorfosis, que le transporta a una identidad colectiva, escenificada mediante representaciones que tienen como trasfondo, desde la más profunda mística religiosa, hasta el paganismo más sarcástico que podamos imaginar. Dos conceptos estos, que luchan entre sí en la conciencia de los hombres y en la que cohabita de manera muy extraña el bien y el mal”
El periodista Alberto Pérez Castellanos destaca las 22.000 fotogrfías cosechadas de sus recorridos por Marruecos, Italia, la antigua Yugoslavia, Irlanda, Jordania y, sobre todo, Castilla y León. “Quizá sólo siendo como él se consigue vivir de forma tan intensa las fiestas sin pertenecer a la propi celebración; no sólo las retrata y enseña, las apoya, las quiere entender y se convierte en una parte esencial de su funcionamiento”
José Luis Alonso Ponga, en la presentación, destaca su profesionalidad al captar la luz del cielo castellanoleonés. “Su trabajo impecable se realza más, si cabe, por los valores que le aporta” por su condición de “viajero incansable y buceador tenaz en la cultura tradicional”.
Tuve la suerte de conocer al protagonista de la obra gracias –también- a Santo Toribio. Siempre recordamos el “milagro” de nuestro Amigo celestial pues aunque iba a llover parece que el santo con su buena mano cuidó las nubes para que la fiesta pudiese celebrarse con sol y, además, pudiese retratarse.
José Alonso en término unamuniano nos rescata no sólo el paisaje lleno de luz y claridad, sino también el paisanaje, el alma de nuestros pueblos, que todavía hornea en nuestras ricas tradiciones.
Gracias, José, por esta operación rescate. Que nada te detenga para ofrecer a los tuyos lo que es más de ellos.
Amigos, disfruten con las fotos” por los senderos de la tradición·”