Qué verdad es esa de “vuelve a casa por Navidad”…
A mí personalmente ya me están volviendo, y no es broma, desde hace aproximadamente, una semana, unas dos veces al día, y no falla. Y a poder ser, cuando estás a punto de sucumbir al aroma embriagador de una siesta bien ganada, que ya vislumbras más allá de tus párpados, que cada vez pesan más, y ese sofá que parece se está volviendo mantequilla pura, y te hace resbalar más y más…Y te pone mirando a tu Cuenca particular, que ya lo sabes, tú mejor que nadie, está más allá de ese techo donde todos los sueños son posibles.
Y a mí personalmente también, esas operadoras telefónicas, a las que me estaba refiriendo, tan inasequibles a tus problemas el resto del año, me llaman por ese teléfono fijo, que siempre te juras que lo vas a quitar porque ya no te llama nadie por él, pero al final no lo haces, quizás porque te recuerda al ayer, y a ese punto nostálgico-masoquista que todos tenemos.
En esas llamadas navideñas, por eso te fastidian y las intentas evitar, sabes que te van a ofrecer el oro y el moro, para luego decepcionarte como siempre, en una nueva versión de “prometer hasta meter, y una vez metido…”
Para que luego digan, que en la vida no todo es sexo…
No lo será, pero se parece bastante cuando te sientes jodido, y para más inri, ni siquiera te puedes echar el cigarrillo de después... Más que nada porque nunca has fumado. ¡Raro que eres! Como bien se encargaba de decírtelo la que ahora es, y lo será para toda la eternidad, tu ex.
*FOTO: DE LA RED