¿Por qué a tu perro no se le congelan las patas en la nieve?

Por Ricardo Antón Alonso @Dogguau_Bilbao


Si tú te expones a temperaturas frías extremas, en tus extremidades se produce una vasoconstricción (los vasos sanguíneos se contraen) que reduce el flujo de sangre en tus manos y pies para que la sangre que circula por el resto de tu cuerpo no se enfríe demasiado. Pero, en casos extremos, este mecanismo de defensa puede provocar la amputación de dedos o extremidades.

¿Por qué a tu perro no le pasa lo mismo?

Las almohadillas de las patas de tu perro tienen abundante grasa que se enfría menos que otros tejidos, pero esto no podía ser una respuesta suficiente. Entonces, unos científicos japoneses estudiaron las patas de varios perros con un microscopio electrónico. Descubrieron que las arterias de las almohadillas acaban en minúsculas venas y vénulas que intercambian calor. Cuando la sangre caliente llega a estas arterias, el calor se transfiere a las vénulas haciendo que la sangre que vuelve al cuerpo no se enfríe tanto. De esta manera se evita que el cuerpo se enfríe y las patas se mantengan a una temperatura adecuada.

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