Por qué aún no hemos descubierto todas las cosas

Por Javier Martínez Gracia @JaviMgracia

Lo que aún desconocemos de la realidad está esperando, para ser descubierto, a que necesitemos descubrirlo, a que nuestra predisposición mental se convierta en la hornacina adecuada para recibir el nuevo conocimiento. El infinito, por ejemplo, estaba ahí antes de que llegara Giordano Bruno a enunciarlo. Pero como a sus contemporáneos todavía les abrumaba el vértigo que abrirse a esa idea suponía, prefirieron quemarlo antes que aceptarla. Conocer la realidad es, pues, antes un problema psicológico que científico.

●●●●●●●●●

“Y aquí tienen ustedes explicado el problema de la Psicología: mientras las otras ciencias se ocupan de hacinar esas verdades del mundo que cada sujeto ha ido arrancando al universo, la psicología se vuelve de espaldas a ellas, al mundo y estudia el mecanismo y la estructura de cada conciencia subjetiva. Podemos estudiar o los colores del paisaje o el ojo que los ve. Así la psicología vuelta de espaldas al mundo estudia la psique, órgano de percepción del mundo. Y el ideal de la Psicología sería averiguar qué había de peculiar, de único en la contextura psíquica de Newton, que hizo quedar en ella enredada y aprisionada la idea de la mecánica; qué había en el alma de Cervantes…” (Ortega y Gasset[1]).



[1] Ortega y Gasset: “Investigaciones psicológicas”, O. C. Tº 12, p. 444.