La situación en España es, para muchos, insostenible. El desempleo aumenta y no hay muchas expectativas de que mejore en el corto plazo. El Gobierno no para de imponer recortes injustos que dificultan el día a día de los ciudadanos. Éstos están saliendo a la calle para quejarse por las condiciones que les está tocando vivir. La cosa empieza a estar insoportable y los jóvenes lo estamos pasando mal, muy mal. Nos llaman la generación perdida y nosotros no sabemos como dejar de estar perdidos. Nosotros, más bien, nos consideramos la generación olvidada.
Ante tal panorama, somos muchos los que buscamos nuevos horizontes y nuevas oportunidades que nos permitan realizarnos profesionalmente. Algunos ya han hecho las maletas y se han largado, precisamente, a Chile.
¿Por qué Chile?
Chile es uno de los países de Sudamerica que más esta creciendo en estos últimos años: hay estabilidad económica y mucho trabajo. Al estar en pleno crecimiento, necesitan muchos profesionales calificados. En éste video queda reflejado.
Están desarrolando una cultura de innovación que, pronto o tarde, les beneficiará. El Gobierno está poniendo a disposición de las empresas chilenas interesantes ayudas para establecer sistemas de innovación que hará que éstas sean más competitivas en el mercado nacional e internacional.
También están apostando fuerte por el emprendimiento. En especial, existe el programa de Start-Up Chile, en el que se pretende reclamar talento de fuera. El objetivo es captar startups para que vayan a Chile y utilicen al país como plataforma para salir al mundo. Y la meta final es convertir a Chile en el polo de innovación y emprendimiento de América Latina. Este programa cuenta con el apoyo del Gobierno de Chile. Considero que es una buena oportunidad para aquellos que tengan una idea y quieran llevarla a cabo. El programa dura 6 meses y otorga 32.780€ a cada startup seleccionada.
La lengua oficial en Chile es el castellano y esta es una ventaja para nosotros, pues compartimos el mismo idioma. A la hora de cambiar de país, el hecho de poder comunicarse con el idioma natal hace un poco más fácil el cambio.
La gente, en general, es amable y generosa. La identidad del chileno me recuerda un poco a la de un isleño. El hecho de que Chile quede separada del resto de pueblos latinoamericanos por una cordillera de más de 4.200 metros de largo, por un desierto que es el más seco del mundo y por un océano de miles de kilómetros, hace que, de alguna forma, estén aislados. Y eso, siempre, se refleja en el carácter.
Hasta el momento, Chile está dejando ver un poco de luz a algunos jóvenes españoles. Los está acogiendo y ofreciendo trabajo. En cierta forma, está facilitando la ya conocida fuga de cerebros.
No es fácil huir de tu país porque éste no puede sostenerte. España ya no nos garantiza los derechos con los que hemos crecido y no estamos dispuestos a vivir en las condiciones que el Gobierno está imponiendo. Muchos de nosotros no encontramos quién nos contrate, quién confíe en nosotros y quien nos valore lo suficiente como para decidir no abandonarlo todo para ir en busca de una vida mejor.
Ya para terminar, comparto con vosotros y recomiendo este artículo escrito por Carlos M. Duarte. Sin duda, me impactó. Refleja la realidad de muchas familias y, en este caso, se expresa desde el punto de vista los que más nos cuesta separarnos: nuestros padres.